Por consiguiente, mis queridos, mis hermanos y mis amigos: No cometan este enorme mal y "den gloria al Señor, vuestro Di-s, antes de que oscurezca", es decir, entre Minjá y Maarív todos los días [comunes] de la semana, estudiando en grupos de [al menos] 10 [participantes] la dimensión más interior [es decir, mística,] de la Torá, o sea, la Agadá contenida en Ein Iaacov. Pues la mayoría de los secretos de la Torá están ocultos en ella y, además, expía los pecados del hombre, como se explica en los escritos del AríZal. En cuanto a los pasajes revelados [no místicos] en ella, estos son las sendas de Di-s por las que el hombre debe marchar, y [le permiten] tomar consejo en su alma en cuestiones celestiales [como Torá y mitzvot] y en cuestiones mundanas, como lo saben todos los de corazón sabio. Además, entre Minjá y Maarív [la gente] debería estudiar un poco —del Shulján Arúj, en [la sección llamada] Oraj Jaím— las leyes que es esencial que toda persona conozca. De esto dijeron nuestros Sabios: "Quienquiera estudia halajot (leyes de la Torá) cada día [tiene garantizada la vida en el Mundo por Venir]". Esto se refiere a dictámenes claros y concluyentes de relevancia práctica, como se explica en el comentario de Rashi, ibíd.