Tras estas palabras y esta verdad, manifiestas y conocidas por todos, regresemos al tema original, concerniente a la ira — que la persona [enojada] es asemejada a un idólatra. Esto es así sólo en cuanto a los asuntos mundanos, pues "todo está en manos del Cielo salvo el temor al Cielo". De ahí que con respecto a cuestiones celestiales, para "apartar [al semejante judío] de [incurrir en] una prohibición", la razón que hemos declarado no es aplicable, como está escrito: "Moshé se enojó". Esto fue porque Di-s le hizo encontrarse con esta mitzvá de "apartar [a un semejante judío] de [incurrir en] una prohibición" para hacerlo meritorio.

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Pero esto se aplica sólo cuando uno puede impedir [la transgresión] mediante su ira y enojo con su semejante [como lo hizo Moshé]. Sin embargo, cuando no se tiene la posibilidad de protestar [y cambiar la situación] —como ser cuando un gentil le habla y lo perturba mientras está orando—, entonces [se suscita la pregunta:] ¿Qué es esto que le hizo Di-s [que un gentil perturbe sus oraciones]? Esto no es más que con el fin de que prevalezca, se esfuerce más en sus plegarias, desde las profundidades de su corazón y con una concentración tan intensa, que no oirá la charla del gentil. Sin embargo, para semejante nivel la persona necesita un estímulo grande e intenso. Y el consejo sugerido para [lograr] semejante estímulo surge de este tema mismo. La persona debe considerar y reflexionar acerca del concepto del descenso —para decirlo de alguna manera— de la Shejiná, cómo "descendió tan portentosamente" para que una chispa de su resplandor se invista —lo que constituye un estado general de exilio— dentro de las kelipot para animarlas. Y ahora, una chispa de su resplandor se inviste en un estado particular de exilio, en el habla de este gentil que pronuncia palabras que perturban el servicio Divino [de la persona], esto es, la concentración devota durante la plegaria. Y, como se explicó antes, "[Di-s creó] uno opuesto al otro". Así, el habla Suprema se inviste en el habla inferior, etc. Este es verdaderamente el significado del versículo "Que el hombre rige sobre el hombre, para su detrimento". Es decir que, a través de ésta [meditación], el individuo es estimulado a orar con mayor devoción, de lo profundo de su corazón, hasta no escuchar las palabras [del gentil].

En cuanto al compilador [de Tzavaat HaRivash], que usó la palabra shartá ("moró" o "residió") — no supo ser preciso en su terminología. Pues el Baal Shem Tov —sea su memoria bendición— solía pronunciar enseñanzas de Torá en idish, no en la Lengua Santa. En verdad quiso decir: nitlavshá ("se invistió"), es decir, [que la Shejiná estaba investida] en un estado de exilio. Esta [distinción] explica [el hincapié en Tzavaat HaRivash]: "Y particularmente si es un gentil...", pues entonces está tanto más en exilio.

No hay necesidad de sorprenderse de que una chispa del resplandor de la Shejiná sea llamada [en Tzavaat HaRivash] Shejiná, pues encontramos que incluso un ángel creado es llamado con el Nombre de Di-s en Parshat Vaierá —según el comentario de Rabí Moshé ben Najmán (Najmánides, el Rambán)— y como [también] está escrito: "Y [Hagar] llamó el nombre de Di-s que habló a ella...", y muchos más como éste.