Ahora bien, a primera vista, lo que las palabras de este párrafo implican para quienes carecen de entendimiento es que el estudio de [las leyes de] prohibición y permisibilidad ritual y el Orden de Taharot se relacionan [sólo] con el Arbol del [Conocimiento del] Bien y el Mal. Además de que esto por sí solo es de lo más sorprendente, contradice también el significado simple de las Escrituras y las enseñanzas de nuestros Sabios de que toda la Torá que ha sido revelada a nosotros y a nuestros hijos [y no sólo el Zohar] es llamada "Arbol de vida para quienes se aferran a ella". Esto es especialmente así dado que [el Zohar todavía] estuvo oculto en sus días; de hecho, toda la sabiduría de la Cabalá estuvo escondida en sus días y ocultada a todos los eruditos de Torá, salvo unos pocos selectos, e incluso entonces, [se estudiaba] de una manera oculta y no públicamente, como figura en la Guemará. Así, el AríZal escribió que es precisamente en estas últimas generaciones cuando "está permitido y es obligatorio revelar esta sabiduría", pero no en las generaciones más tempranas. También Rabí Shimón bar Iojái declaró en el sagrado Zohar que sólo se concedió permiso para revelar [los secretos de la Cabalá] a él y a sus asociados únicamente. También esto, ciertamente, es una maravilla notable. Pues si así fuera, el estudio de [las leyes de] prohibición y permisibilidad ritual, y con más razón [el de] las leyes civiles [tales como los litigios en cuestiones monetarias], no deberían tener prioridad a la obligación de la plegaria, la que se instauró de acuerdo a los secretos del Zohar y las Uniones Supremas [de los diversos Nombres Divinos y Sefirot Supremas] para aquellos que están familiarizados con ellas, como Rabí Shimón bar Iojái y sus colegas. Pero esto no es así, como se declara en la Guemará, que Rabí Shimón bar Iojái y sus colegas y cualquiera cuyo estudio de la Torá es su única ocupación, no interrumpen [su estudio de Torá] para la plegaria. [Esto se aplica] incluso cuando uno está ocupado con el estudio de la ley civil, como Rav Iehudá, cuyos estudios eran, todos, en el Orden de Nezikín (lit.: "Daños"); no obstante, [para no interrumpir sus estudios,] oraba sólo cada 30 días, cuando repasaba sus estudios, como se declara en la Guemará. También en el Talmud Ierushalmí, en el primer capítulo de Berajot, Rabí Shimón bar Iojái es de la opinión que aun para la Lectura del Shemá sólo se interrumpe el estudio de las Escrituras, mas no el de la Mishná [—la Torá Oral—] cuyo estudio es superior al de las Escrituras según Rabí Shimón bar Iojái. El no diferenció entre [estudiar] los Ordenes de Zeráim, Moed y Kodashím, y [estudiar] los Ordenes de Taharot y Nezikín. (De hecho, él contradice [aquí] su propia opinión, dada en una serie de ocasiones en Raaiá Mehemná, que la Mishná es denominada "criada" (en hebreo: shifjá/שפחה), etc., [en comparación con las Escrituras], y el plano de las Escrituras, la Torá de Moshé, es ciertamente superior a la Cabalá, denominada "reina" (en arameo: matrunita/`מטרוניתא) en el citado párrafo de Raaiá Mehemná, mientras que la Torá Escrita es denominada "rey" (en arameo: malká/מלכא). (Este es iesod de Aba investido en Zeéir Anpín, como escribiera el AríZal)). Además, encontramos que Rabí Shimón bar Iojái trató en detalle [no sólo las meras afirmaciones de la ley en las Mishnaiot sino] también la argumentación de problemas y soluciones que [conforme la cita original de Raaiá Mehemná] derivan del lado del mal y del espíritu de impureza. [Lo hizo] incluso cuando estuvo en la cueva. En verdad, el hecho mismo de padecer angustia [forzado a esconderse] en la cueva, lo hizo digno de estos logros. Pues, como se declara en la Guemará, él dio para cada pregunta formulada por Rabí Pinjás ben Iaír veinticuatro soluciones, y [Rabí Shimón] le dijo: "Si no me hubieras visto así, [sufriendo en la cueva, no me habrías hallado de este modo]". (De hecho, su principal ocupación en la cueva debe haber sido con las enseñanzas de las Mishnaiot, o sea los 600 Ordenes existentes en aquellos días, hasta la época de Rabeinu HaKadosh. Pues él podía haber completado el Zohar y Tikuním [Tikunéi Zohar] en dos o tres meses, ya que ciertamente no repitió el mismo tema dos veces). Además, nuestros Sabios enseñaron que "Desde el día en que fue destruido el Gran Templo, el Santo, bendito sea, sólo tiene los cuatro codos de la Halajá" [que ocupa el lugar del Gran Templo].