Además de todo lo antedicho, aun en el caso de un alma de Atzilut —aunque deriva de los recipientes de Atzilut—, e igualmente en el de NéfeshRúaj que deriva de los recipientes de IetziráAsiá, su amor [quizás deba decir: "temor y amor"] intelectuales [que son un modo de elevación,] estimulan también en los recipientes de IetziráAsiá un estado de elevación por el estímulo iniciado desde abajo. Sin embargo, éste es solamente un estado de partida, Di-s libre.

Pero el flujo desde lo alto hacia abajo sólo se logra por medio de las mitzvot prácticas, las que atraen luz dentro de los recipientes, y específicamente dentro del aspecto exterior de los recipientes, de modo que el aspecto exterior del nivel superior desciende y el aspecto interior del nivel inferior se eleva. Esta es la intención del antes mencionado Zohar de Parshat Pekudéi, que "hay un orden [de elevación y un orden de atracción]".

Ambos, elevación y atracción, son necesarios para el [servicio espiritual del hombre en aras del] propósito Divino, mediante la elevación de máin nukvín del Nombre Divino Sa"g lograda [por el refinado de las chispas] con la acción y el habla. Este es el máximo propósito de la progresión descendente (el Hishtalshelut) de los Mundos: Que la luz suprema se revele abajo — y no que el nivel inferior se eleve, pues ésta [elevación] no es más que momentánea, [hasta volver a descender posteriormente]. E incluso así, [cuando ésta es necesaria, no involucra el ascenso de la luz —pues sería un movimiento de partida— sino] específicamente una elevación de los recipientes hacia las luces supremas. Esta es la cualidad de Shabat y Iom Kipur, pero no la elevación y partida de las luces, Di-s libre, como está escrito en Prí Etz Jaím.

Néfesh, Rúaj y Neshamá del hombre, en comparación con su cuerpo físico en Este Mundo, son considerados como luces en comparación con recipientes. Así también lo son el temor y amor intelectuales respecto de las mitzvot de acción. Por eso ofreció Moshé [505] plegarias, equivalentes en número a [la palabra hebrea] Vaetjanán [pidiendo ser privilegiado con ingresar a la Tierra Santa]: Precisamente para que pudiera cumplir las mitzvot prácticas. Lo mismo es aplicable a la verbalización física de sus leyes.