Es por eso que la Torá ha sido comparada al agua, pues tal como el agua desciende de un nivel superior a uno inferior, del mismo modo ha descendido la Torá de su sitio de gloria. [En su estado original, la Torá] es "la Voluntad y la Sabiduría de Di-s, y "la Torá es uno y lo mismo con Di-s", a Quien ningún pensamiento puede aprehender. De allí la Torá ha viajado en descenso por etapas de ocultamiento, etapa tras etapa en el Hishtalshelut de los Mundos, hasta que se invistió en cuestiones materiales y cosas de este mundo [corpóreo], que abarcan casi todos los mandamientos de la Torá y sus leyes, y también en las combinaciones de letras físicas escritas con tinta en un libro, [a saber,] los veinticuatro libros de la Torá, Neviím y Ketuvím, a fin de que cada pensamiento [humano] pueda aprehenderlos, y para que aun el habla y la acción, que se encuentran en un nivel inferior al pensamiento, puedan aprehenderlas e investirse en ellas.

Ahora bien, como la Torá y sus mandamientos visten las diez facultades del alma y sus 613 "órganos", de la cabeza a los pies, [el alma] está verdadera y completamente ligada a Di-s en el "nexo de la vida" y la mismísima Luz de Di-s la envuelve y la viste de la cabeza a los pies. Así está escrito: "Di-s es mi Roca, en quien me refugio" y [además] está escrito: "Como con un escudo, la Voluntad de Di-s lo envuelve", aludiendo a Su Voluntad y sabiduría que están investidas en la Torá y sus mandamientos.