Pero comprendamos cómo un etrog, que deriva de las 288 chispas que todavía no han sido purificadas, y así también el rollo de pergamino de los tefilín [sobre el que se escriben los párrafos de la Torá], pueden atraer luz dentro de los recipientes de Zu"n de Atzilut, que ya han sido purificados y rectificados a través del [purificador] Nombre Ma"h, de modo que están en un estado de Divinidad.

La analogía para esto es el proceso de siembra y plantado. La semilla [plantada] estimula el poder de crecimiento existente en el suelo, que es la palabra Divina: "Haga brotar la tierra... árboles frutales..." por medio de la elevación de máin nukvín a su fuente. De esta manera, el pergamino [de los tefilín] y el etrog [de las "Cuatro Especies"] estimulan hasta el más excelso de los niveles, que es el Nombre Sa"g que precede [y trasciende] a la rotura de los recipientes, y que es la esencia y ser de las luces de [el pensamiento primordial, llamado] Adám Kadmón, y no apenas un reflejo, como lo es el Nombre Ma"h que emana de la "frente" [de Adám Kadmón].

Análogamente, el estudio y cuidadoso examen de sus leyes estimula el nivel de jojmábinádáat de las Diez Sefirot de los recipientes de Zu"n, y así escalando hasta las máximas alturas, incluyendo jojmábinádáat de Sa"g de la dimensión más interior de Adám Kadmón que emana por vía de los "ojos" [de Adám Kadmón].

Todo lo precedente concierne a los mandamientos positivos, mas no, aparentemente, al estudio de los detalles de las leyes prohibitivas de los preceptos negativos, particularmente aquellas que no ocurren en la práctica en absoluto —por ejemplo las detalladas leyes de pigul y similares [que no tienen aplicación práctica en el presente]—.