Por lo tanto, la persona no debería sentirse deprimida o de corazón muy preocupado, ni siquiera si durante toda su vida estuviera abocada a esta lucha [con los pensamientos que siempre entrarán en su mente]. Porque quizás para esto ha sido creado, y éste es el servicio [que se requiere] de él: someter constantemente a la sitrá ajará.

Fue respecto de esto que Iyov dijera [a Di-s]: "Tú has creado [hombres] malvados", no que ellos [fueron creados para que] sean realmente malvados, Di-s libre, [en el pensamiento, la palabra y la acción pecaminosos,] sino [para] que se les ocurra a ellos, en sus pensamientos y en sus meditaciones únicamente, aquello que se le ocurre a los malvados, y que ellos libren eternamente batalla para desviar sus mentes de ellos a fin de someter a la sitrá ajará, aunque nunca serán capaces de aniquilar [en sus almas] la sitrá ajará completamente, porque esto es logrado por los tzadikím.

Porque hay dos tipos de placer Divino: uno, de la total aniquilación de la sitrá ajará, y la conversión de lo amargo en dulce y de la oscuridad en luz, logrado por los tzadikím, y el segundo: cuando la sitrá ajará es sometida mientras todavía está en su máxima fuerza y poder, y elevándose como un águila, y de esta altura Di-s la derriba en respuesta a la iniciativa humana. Esto es logrado por los beinoním. Se alude a esto en el versículo: "Y hazme delicias, como las que amo", [donde la palabra] matamím ["delicias"] [está escrita] en plural, [indicando] dos tipos de placer. Estas palabras son dichas por la Shejiná a sus hijos, la comunidad de Israel, como se ha explicado en Tikunéi Zohar. Tal como con alimentos materiales, por ejemplo, hay dos tipos de exquisiteces —una de comidas dulces y sabrosas, y otra de cosas fuertes o ácidas [imposibles de comer en su estado natural], pero que han sido bien condimentadas y preparadas de modo que se transforman en exquisiteces que reviven el alma— [así también son las dos clases de delicias espirituales]. Esto es lo que dijo el versículo: "Di-s ha hecho todo en aras de Sí, incluso al malvado para el día del mal". Vale decir, [para] que se arrepienta de su mal y transforme su maldad en "día" y en luz arriba, cuando la sitrá ajará es sometida y la gloria de Di-s es elevada en lo Alto.