Aquellos cuyas almas están en el nivel de beinoním deben buscar medios para combatir otra dificultad más. Ocasionalmente, y aun frecuentemente, experimentan una pesadez de corazón (timtúm halev), como si éste se hubiera transformado en piedra y, por más que [este individuo] lo intente, no logra abrir su corazón en plegaria, que [por definición] es el "servicio del corazón". Además, en determinados momentos la pesadez de su corazón le impide luchar contra el Impulso [al Mal] santificándose en las cosas permitidas.
En este caso, el consejo del santo Zohar es como dijera el presidente de la academia del Gan Edén: "Una viga de madera que no prende fuego debe ser astillada..., [y similarmente,] un cuerpo en el cual no penetra la luz del alma debe ser machacado".
La referencia a la "luz del alma" [que, en este caso, no penetra en el cuerpo,] significa que la luz del alma y el intelecto no brilla lo suficiente como para predominar sobre la hosquedad del cuerpo. Así, aunque comprende y medita en su mente acerca de la grandeza de Di-s, aquello que comprende no es absorbido e implantado en su mente lo suficiente como para permitirle superar la hosca aspereza del corazón, a causa del grado de su hosquedad y aspereza.