Cualquiera que no haya logrado esta propiedad de librar una guerra tan poderosa contra su cuerpo, aún no ha alcanzado la calidad y dimensión de la lucha [que diariamente se libra dentro del kal shebekalím] contra la naturaleza de mal que arde como una llama flameante, para que [este poderoso impulso al mal] sea humillado y quebrantado mediante el temor a Di-s.
Así también, con la kavaná de la persona en las Gracias Después de las Comidas (Birkat HaMazón) y en las bendiciones, ya sea [pronunciadas] antes de la comida o de ejecutar una mitzvá, y ni hace falta mencionar la intención de la persona al cumplir una mitzvá — que sea ejecutada (únicamente) en aras de la mitzvá misma. Del mismo modo [respecto a la lucha requerida] en la cuestión de su dedicación al estudio de la Torá, [tiene que luchar] para estudiar mucho más de lo que demanda su deseo innato o acostumbrado, por medio de una poderosa lucha con su cuerpo. Porque estudiar una fracción más de lo que le es natural es una pequeña pugna. No es equiparable ni similar con la lucha [del kal shebekalím] contra su impulso al mal que arde como fuego, por el cual, no obstante, es llamado totalmente malvado (rashá gamur), si no vence su impulso para que esté sometido y quebrantado ante Di-s. ¿Y qué diferencia hay entre la categoría de "aléjate del mal" y la categoría de "haz el bien"? Todo es mandamiento del Santo Rey, el Uno y Unico, bendito sea.
Así también con otros mandamientos [que requieren lucha contra el impulso al mal, la persona hallará que no la libra de forma adecuada], especialmente en cuestiones que involucran dinero, como el servicio (avodá, lit.: "trabajo") de caridad y similares.