Pero el pensamiento y la meditación en las palabras de Torá, que se logra en el cerebro, y el poder del habla [ocupado] en las palabras de Torá, que está en la boca —que son las vestimentas más interiores del Alma Divina —, y con más razón el Alma Divina misma que está investida en ellos, todos se fusionan realmente en perfecta unión con la Voluntad Divina, y no son meramente un vehículo, una "carroza" para ella [como lo son la boca y el cerebro en que tiene lugar el habla y el pensamiento del estudio de la Torá]. [¿Por qué tiene la Torá la capacidad de producir este nivel de unión?] Porque la Voluntad Divina es exactamente ese tema de la halajá del cual uno piensa y habla, en cuanto todas las leyes de la halajá son expresiones particulares de la más interior Voluntad Divina misma; porque Di-s, bendito sea, así lo quiso: que esta cosa [determinada] sea permisible o kasher, o que [este individuo] sea exonerado y [aquel otro declarado] inocente, o a la inversa. Análogamente, todas las combinaciones de letras del Pentateuco (Torá), los Profetas (Neviím) y las Sagradas Escrituras (Ketuvím) también son la expresión de la Voluntad y la sabiduría de Di-s que están unidas al bendito Ein Sof en una unión perfecta — ya que El es el Conocedor, el Conocimiento [y lo Conocido]. Esto es lo que se quiere decir con la declaración de que "La Torá y Di-s son absolutamente uno" — no son meramente "órganos" del Rey, como lo son las mitzvot.

Ahora bien, puesto que la Voluntad Divina, que está en perfecta unión con [Di-s Mismo,] el bendito Ein Sof, está totalmente revelada en el Alma Divina y en sus vestimentas interiores —es decir, su pensamiento y su palabra— mientras que la persona se ocupa con las palabras de la Torá, y no hay absolutamente nada que oscurezca la Voluntad Divina en ese momento, resulta que en ese momento el alma y estas vestimentas [de pensamiento y palabra] también están verdaderamente unidas a Di-s, en una unión comparable a la que hay entre la palabra y el pensamiento de Di-s con Su esencia y ser, como se explicara antes, porque nada está separado de Di-s, a menos que Su Semblante se oculte, como se dijera. Lo que es más, su unidad está aún más exaltada y es más poderosa que la unidad de la luz infinita de Di-s con los mundos [espirituales] superiores. Porque la Voluntad Suprema se manifiesta realmente en el alma y en sus vestimentas dedicadas al estudio de la Torá, ya que [la Voluntad Divina] es, ella misma, la Torá. Todos los mundos reciben su vitalidad por medio de la luz y la vida derivada de la Torá que es la Voluntad y la sabiduría de Di-s, bendito sea, como está escrito: "Con Tu sabiduría Tú los has hecho a todos". Entonces, [se deduce que] la sabiduría de Di-s, es decir la Torá, los trasciende a todos [ya que es su fuente]. Efectivamente, [la Torá], que es la Voluntad de Di-s, es descripta como que "abarca" todos los mundos, queriendo decir que está en un nivel que no puede investirse dentro de los mundos, sino que más bien los anima y los ilumina [como si fuera a distancia, desde arriba,] de un modo que los trasciende y los "abarca", y es éste [nivel, el que trasciende los mundos,] el que está investido de un modo totalmente revelado en el alma y en sus vestimentas cuando [la persona] se dedica al estudio de la Torá, a pesar de que no lo ve. [En efecto, éste es precisamente el motivo por el cual puede soportar [semejante unión con Di-s]: precisamente porque no la puede sentir, a diferencia de los mundos superiores].