Luego llegará a la verdadera alegría, de la siguiente manera: a fin de reconfortar su corazón doblemente —luego de las palabras de verdad arriba mencionadas— que se diga a sí mismo lo siguiente. Que diga a su corazón: "Es cierto, sin duda alguna, que estoy extremadamente distanciado de Di-s, y que soy despreciable, aborrecible, etc., pero todo esto es cierto sólo de —el cuerpo y el alma animadora que está dentro de él—. Pero dentro de mí hay una "parte" de Di-s, tal cual, presente incluso en los más indignos de [mis semejantes] los indignos —o sea, el Alma Divina y la chispa de Divinidad misma que está investida en ella, animándola—. Sólo que [cuando el cuerpo y el alma animadora están en un estado tan bajo, el Alma Divina] está en exilio [dentro de ellos]. De modo que, por el contrario, cuanto más distanciado estoy de Di-s y cuanto más grande es el desprecio y el desdén, tanto más profundo es el exilio en el que se encuentra mi Alma Divina, y tanto mayor es la compasión que merece. Por lo tanto, haré que mi objetivo y deseo entero sea sacarla de este exilio y 'devolverla a la casa de su padre, como en su juventud', o sea, como fue antes de investirse en mi cuerpo, cuando estaba totalmente absorbida por la luz de Di-s y unida a El. Ahora también será igualmente absorbida y estará unida a El nuevamente, cuando concentre todas mis aspiraciones en la Torá y en las mitzvot, [en un esfuerzo] por investir en ella todas las diez facultades [del alma] —como se explicara antes—. En especial en [cumplir] la mitzvá de la plegaria, [trataré de liberar mi Alma Divina] clamando a Di-s por la angustia de su exilio en mi cuerpo detestable, para que El la libere del cautiverio y la una a Sí Mismo".

Este [servicio a Di-s, en el que la persona procura devolver el alma a su fuente,] es "teshuvá con buenas acciones", que son las "buenas acciones" que uno hace con la intención de hacer volver [el alma, que es] la parte de Di-s, a la fuente y raíz [Divina] de todos los mundos.