—Aunque [el Talmud declara que] "A quien dice 'pecaré y me arrepentiré' no le conceden [oportunidad para hacerlo]", esto significa [sólo] que Di-s no ayuda a un pecador como ese otorgándole una ocasión venturosa para arrepentirse. Sin embargo, si él mismo arrebató la oportunidad y se arrepiente, "No hay cosa que pueda interponerse en el camino del arrepentimiento"—.

No obstante, cada judío está preparado y dispuesto para sufrir el martirio por la santificación del Nombre de Di-s, y no cometerá un acto de idolatría, siquiera temporariamente, con la intención de arrepentirse después. Esto se debe a la luz Divina que está investida en su alma, como se explicara antes, que no tiene en absoluto el plano temporal, sino que trasciende el tiempo, además [esta luz Divina no sólo no es gobernada por las leyes del tiempo, sino que, por el contrario,] rige y domina el tiempo, como se sabe.