A la luz de lo explicado, se comprenderá por qué Moshé Rabeinu —sea sobre él la paz— ordenó en el Libro de Deuteronomio a la generación que entró en la Tierra Santa que recitara dos veces al día el Shemá, para someterse al Reino del Cielo con [disposición al] autosacrificio, [cosa que el Shemá nos enseña a aceptar]. [¿Para qué hacía falta que estuvieran dispuestos al autosacrificio?] ¿No se les había prometido acaso que "Di-s pondrá el temor y el pavor a vosotros [sobre todos los habitantes del país]"? Sucede que el cumplimiento de la Torá y sus mandamientos depende de que la persona sea constantemente consciente de su disposición a entregar su vida a Di-s en aras de Su unidad, [y por eso recita el Shemá dos veces al día,] para que [esta conciencia] se fije permanentemente en su corazón y no se aparte de su memoria ni de día ni de noche. De esta manera, la persona puede imponerse a su Inclinación al Mal y vencerla siempre, en todo momento y en cada ocasión, como se ha explicado previamente.
ב"ה