Desde que fue destruido el Templo, el único santuario y morada que el Santo, bendito sea, tiene en Su mundo son "los cuatro codos de la Halajá"; [la Torá es la única morada] para [la revelación de] Su unidad. Porque las halajot dispuestas ante nosotros son la corporización de la Voluntad y sabiduría de Di-s. Por eso, después de que el hombre medite profundamente, según su capacidad, acerca del tema de esta autoanulación previamente mencionada, que reflexione en su corazón de la siguiente manera: "La capacidad de mi inteligencia de la raíz de mi alma es demasiado limitada como para ser una 'carroza' y una 'morada' para la unidad de Di-s, bendito sea, con perfecta verdad. Porque mi pensamiento no puede comprender o alcanzar Su unidad en absoluto con ningún grado de comprensión en el mundo, ni una pizca siquiera de aquello que fue comprendido por los Patriarcas y Profetas. Siendo esto así, Le haré un santuario y una morada mediante el estudio de Torá en horas fijas del día y de la noche, según mi tiempo libre, como lo estipula la ley que rige la situación de cada individuo, asentada en las Leyes del Estudio de la Torá, como expresan nuestros Sabios: 'Siquiera un capítulo por la mañana [y uno por la noche]...'".

Con ello se regocijará su corazón; se alegrará y ofrecerá jubiloso agradecimiento por su fortuna, por haber merecido ser "anfitrión" del Todopoderoso [a través de su estudio de la Torá, que lo convierte en "santuario" para Di-s] dos veces al día, según la magnitud de su tiempo disponible y conforme la capacidad que Di-s le ha otorgado generosamente.