Ahora bien, esta perfección culminante de la Era Mesiánica y [el tiempo de] la Resurrección de los Difuntos, que significa la revelación de la luz Ein Sof en este mundo físico, depende de nuestras acciones y servicio [Divino] en el curso del período de exilio1. Pues es la mitzvá misma la que provoca2 su recompensa3. Porque al ejecutarla, el hombre atrae la revelación de la bendita luz Ein Sof de arriba hacia abajo, para que se invista en la materia de este mundo, [es decir,] en un objeto que hasta ahora había estado bajo el dominio de kelipat noga y recibía su vitalidad de esta kelipá, a saber, todos los objetos puros y permisibles con los cuales es ejecutado el acto de la mitzvá. Por ejemplo, el pergamino de los tefilín, mezuzá y Sefer Torá, como declaran nuestros Sabios4: "Para el 'quehacer del Cielo' [—objetos de mitzvá—], sólo puede utilizarse aquello que es puro y está permitido ingerir". Análogamente, un etrog5 que no es orlá6 *,

* NOTA

Pues orlá es de las tres kelipot totalmente impuras que jamás pueden ascender a la santidad, como está escrito en Etz Jaím. Lo mismo [es válido] para toda mitzvá cuya ejecución involucra una transgresión, Di-s libre.

o dinero dado a caridad que no ha sido obtenido por medio del robo, y similares.

Y ahora, cuando [la persona] cumple con estos objetos el mandamiento y la Voluntad de Di-s, la vitalidad que está dentro de ellos asciende y es disuelta y absorbida en la bendita luz Ein Sof, que es Su Voluntad que está investida en las mitzvot. Pues [en una mitzvá] no hay "ocultamiento del Semblante" alguno para ocultar Su luz.

Similarmente, el poder del alma vitalizadora que está [investido] en los órganos corporales de la persona que ejecuta la mitzvá se inviste también en esta acción [de mitzvá] y asciende [de esta manera] de la kelipá para ser absorbido en la santidad de la mitzvá que es Su Voluntad, y se anula dentro de la bendita luz Ein Sof.

Aun en el caso de mitzvot tales como el estudio de Torá, el recitado del Shemá, la plegaria y similares, [el poder del Alma Animal es elevado] pese a que no involucran acción realmente física que esté bajo el dominio de kelipat noga; no obstante, es un principio aceptado que "el pensamiento no es [sustituto del] habla", y la persona no cumple su deber [de estudiar Torá, orar, etc.,] a menos de que realmente pronuncie [las palabras] con sus labios. También está aceptado que "el movimiento de los labios constituye acción". Pues el Alma Divina no puede expresarse con los labios, boca lengua o dientes corporales, salvo por intermedio del Alma Animal vitalizadora investida realmente en los órganos del cuerpo. Así, cuanto [la persona] más fuertemente habla [palabras de Torá o plegaria], más energía del Alma Animal introduce e inviste en estas palabras. Este es también el significado del versículo: "Todos mis huesos han de declarar: [Di-s, ¿quién es como Tú?]" A ello se debe que nuestros Sabios dijeran7: "Si la Torá mora en todos tus 248 órganos, es preservada [en tu memoria]; de otro modo, no es preservada". Pues el olvido [en cuestiones de Torá] emana de la kelipá del cuerpo y el Alma Animal vitalizadora, derivados de kelipat noga que a veces es absorbida en la santidad. Esto se logra cuando se debilita su poder, aplicando toda la fuerza de ellos a la santidad de la Torá y la plegaria.