Ahora bien, es sabido que "los Patriarcas son la Carroza [Divina]". En el curso de todas sus vidas, no cesaron ni por un momento de ligar su mente y su alma al Amo del universo con la previamente mencionada sumisión absoluta a Su unidad. Después de ellos [vinieron] todos los Profetas, [que similarmente se autoanularon a Di-s en grados diversos,] cada cual según el nivel de su alma y su entendimiento. El nivel de nuestro maestro Moshé —sea sobre él la paz— los superó a todos; de él dijeron [nuestros Sabios]: "La Shejiná (Divina Presencia) habló de la garganta de Moshé". En el Monte Sinaí, Israel tuvo el privilegio de experimentar un leve atisbo de éste [nivel de autoanulación]. Pero no pudieron soportarlo; como han dicho nuestros Sabios: "En cada expresión Divina, sus almas salieron en vuelo" [y Di-s los resucitaba cada vez]. Esta [salida en vuelo de sus almas] representa la autoanulación de la que se hablara previamente. Por eso, El les ordenó inmediatamente que erigieran para El un Santuario, en el que estaría el Santo de los Santos, donde moraría Su presencia; es decir, allí se revelaría Su unidad, como se explicará más adelante.