Sin embargo, esto se aplica únicamente a aquellas almas que están realmente en el nivel de Neshamá, las que representan una "comprensión intelectual superior" del bendito Ein Sof. Pero los tzadikím que están en la categoría de Rúaj, y análogamente también todas las demás almas de Israel que han servido a Di-s con el temor y el amor [naturales] ocultos en el corazón de todo Israel, no ascienden allí —salvo en Shabat y Rosh Jodesh ('Luna Nueva'), por medio de la columna que se extiende desde el Jardín Inferior del Edén al Jardín Superior del Edén, es decir, el Mundo de Beriá que es llamado 'Jardín Superior del Edén', para deleitarse en Di-s y gozar del resplandor de la Shejiná. El intelecto de un ser creado goza y deriva placer sólo de aquello que concibe, entiende y conoce, y aprehende con su intelecto y entendimiento, tanto como le es posible captar de la bendita luz Ein Sof por medio de Su sabiduría y Su entendimiento que brillan allí, en el mundo de Beriá—.

[El servicio a Di-s por parte de] estas almas [es considerado superior al de los ángeles y por eso] son privilegiadas con ascender [ocasionalmente a Beriá,] más alto que los ángeles, a pesar de que ellas [al igual que los ángeles] sirvieron a Di-s sólo con temor y amor naturales, porque a través de su temor y amor es subyugada la sitrá ajará investida en sus cuerpos, ya sea [en el caso del temor,] en el plano de "alejarse del mal" [absteniéndose de hacer el mal, y con ello] conquistando y quebrando sus pasiones, como [en el caso del amor, subyugando a la sitrá ajará], en el plano de "hacer el bien", como se explicó antes. Estas almas, [mientras estuvieron en el mundo físico] tuvieron libertad de elección; podrían haber elegido el mal, Di-s libre, mas eligieron el bien a fin de subyugar la sitrá ajará, de manera que sea elevada la gloria de Di-s... [en todos los Mundos, con una elevación] similar a la superioridad de la luz... [que emerge de la oscuridad, por sobre la luz ordinaria], como se mencionara antes.

Todo lo mencionado arriba hace a la morada de las almas y su ubicación. Su Torá y servicio Divino, sin embargo, son en realidad absorbidos en las Diez Sefirot, que son una manifestación de Divinidad, y con las que se une la bendita luz Ein Sof en unión perfecta. Específicamente, esto significa [que la Torá y el servicio Divino de la persona ascienden] a las Diez Sefirot de Beriá [cuando son generados], por el temor y el amor intelectuales, y a las Diez Sefirot de Ietzirá [cuando son instados] por el temor y el amor naturales.

Ahora bien, dentro de ellas están investidas las Diez Sefirot de Atzilut (el Mundo de Emanación), y unidas con ellas completamente, y las Diez Sefirot de Atzilut están, a su vez, absolutamente unidas con su Emanador, el bendito Ein Sof. Las almas, por su parte, no son absorbidas en la Divinidad de las Diez Sefirot, sino que se ubican, en cambio, en las "Cámaras" y "moradas" de Beriá o Ietzirá; y éste [resplandor del que disfrutan] es, en verdad, un "rayo" de [la luz de] su misma Torá servicio Divino [véase Zohar, Vaiakhél, folio 210], pues "la recompensa por una mitzvá es la mitzvá misma".