Esta capacidad y esta cualidad de adherir el propio dáat a Di-s [de modo que la persona no sólo comprenda, sino que también sienta Divinidad, y se vuelva de ese modo totalmente unida a Di-s,] está presente en cada alma de la Casa de Israel, en virtud de su nutrición del alma de nuestro maestro Moshé. Sólo que, puesto que el alma se ha investido en el cuerpo, precisa de un esfuerzo grande y poderoso, doble y redoblado, [a fin de sentir y estar ligada a Di-s]. [El] primero [de este esfuerzo 'doble'] es el "esfuerzo de la carne", [es decir, despojarse de las trabas corporales,] machacar el cuerpo y lograr su sumisión, para que no oscurezca la luz del alma, como se mencionara antes en nombre del Zohar, que "un cuerpo en el cual no penetra la luz del alma, debe ser machacado", cosa que se logra por medio de meditaciones de penitencia desde lo profundo del corazón, como se explica allí.