Esta contracción [que experimenta JaBaD de Atzilut a fin de iluminar en Beriá], entonces, hace que las almas en el Mundo de Beriá sean iluminadas por un resplandor del JaBaD del Ein Sof. Los creados seres intelectuales [de Beriá] no pueden, sin embargo, captar JaBaD tal cual [estas sefirot intelectuales] son [en toda su irrestricta intensidad] en el Mundo de Atzilut, donde [JaBaD] no está sujeto a una contracción de tan gran magnitud [como lo está en Beriá]. Por eso, su pensamiento no puede captar cosa alguna allí. Por este motivo, [Atzilut] es la morada de los grandes tzadikím cuyo servicio a Di-s es enormemente superior incluso al temor y al amor derivados de entender y comprender Su grandeza, tal como Atzilut trasciende enormemente el nivel de entendimiento y comprensión del intelecto de un ser creado. Su servicio está, mas bien, en el nivel de una verdadera "carroza" para el bendito Ein Sof, anulando a El su mismísima existencia, e incorporándose a sí mismos, a todo lo que poseen, dentro de Su luz, a través de la observancia de Torá y mitzvot. Nuestros Sabios aplicaron una descripción tal a los Patriarcas, diciendo que "ellos mismos constituían la Carroza Divina", porque éste fue su nivel de servicio durante todas sus vidas.