Cuando [esta sabiduría] descendió en descensos progresivos de Mundo en Mundo, también la Shejiná descendió y se invistió en ella, en cada Mundo en particular. Esta es la cámara [o 'recinto'] del "Santo de Santos" que hay en cada Mundo. Así también se ha afirmado en el Zohar y Etz Jaím, que la Shejiná, que es maljut de Atzilut [que es la manifestación de la luz y vitalidad del bendito Ein Sof que ilumina los mundos, y por eso se la llama "el habla de Di-s" y "el aliento de Su boca" —para decirlo de alguna manera—, tal como en el caso de la persona, a modo de ejemplo, el habla revela a los oyentes el pensamiento secreto y oculto del orador], se inviste en la cámara del Santo de Santos de Beriá, es decir, la jojmá, biná, y dáat de Beriá. A causa del hecho de que estas [sefirot] se invisten en maljut de Beriá, se han creado las almas y los ángeles que existen en [el Mundo de] Beriá. Y también de allí se deriva el Talmud que tenemos delante de nosotros. Y ya se ha explicado anteriormente en nombre de Tikuním, que en el mundo de Beriá brilla y fluye la jojmá, biná y dáat del Ein Sof de una manera poderosamente contraída, a fin de que las almas y los ángeles, que son seres finitos y limitados, puedan recibir la influencia de estas categorías de JaBaD. Por eso el Talmud se origina allí, [en el Mundo de Beriá,] porque también éste es de la categoría de JaBaD, pues el Talmud es [—consiste de—] las claramente definidas razones de las halajot, y las razones [por su carácter racional,] pertenecen a la categoría de JaBaD ["inteligencia"]. Y las leyes propiamente dichas [que se encuentran en la Mishná] se derivan de las midot del Ein Sof, a saber, Bondad, Severidad, Misericordia, etc., de lo que se origina permisibilidad y prohibición, validez e invalidez ritual, culpabilidad e inocencia, como se explica en Tikuním.