[Está escrito:] "Sabe este día y llévalo a tu corazón, que Di-s (Havaiá) es el [poderoso y justo] Señor (Elokím) en los cielos arriba y sobre la tierra abajo; no hay otro". Esto requiere explicación. ¿Acaso se te ocurriría que hay un dios habitando las aguas debajo de la tierra, como para que sea necesario advertir al respecto tan enfáticamente [y negar este pensamiento declarando] "Llévalo a tu corazón" [y toma conciencia de que en verdad no es así]?
Está escrito: "Por siempre, Di-s, Tu palabra se alza firme en los cielos". El Baal Shem Tov —sea su memoria bendición— explicó [este concepto en detalle, e hizo ampliamente conocido que esto significa que] "Tu Palabra" que Tú has pronunciado, [o sea,] "Que haya un firmamento en medio de las aguas...", estas [mismas] palabras y letras [mediante las cuales fueron creados los cielos] se alzan firmes por siempre dentro del firmamento del cielo y están por siempre investidas dentro de todos los cielos para darles vida; [y el que estas palabras hayan sido pronunciadas hace miles de años no presenta problema, porque es] como está escrito: "La palabra de nuestro Señor se alzará firme por siempre", y [análogamente está escrito:] "Sus palabras viven y se alzan por siempre". Pues si las letras [creativas] partieran [siquiera] por un instante, Di-s libre, y regresaran a su fuente, todos los cielos se volverían nulidad y nada absoluta, y serían como si jamás hubieran existido en absoluto, exactamente como antes de la afirmación "Que haya un firmamento". Y así es con todas las cosas creadas que están en todos los mundos superiores e inferiores, e incluso esta tierra física y el plano de lo totalmente inanimado. Si las letras de las Diez Aserciones [Divinas] mediante las cuales fue creada la tierra durante los Seis Días de Creación partieran de ella [apenas] por un instante, Di-s libre, ésta se volvería nulidad y nada absoluta, exactamente como antes de los Seis Días de Creación.
Este pensamiento fue expresado por el AríZal, [cuando dijo] que incluso dentro de [aquello que parece ser] materia totalmente inanimada, tal como las piedras, la tierra o el agua, hay un alma y una fuerza vital espiritual. Esto es, [aunque no evidencian ninguna forma demostrable de animación, dentro de ellos] están investidas las letras del habla de las Diez Aserciones que dan vida y existencia a la materia inerte, permitiéndole surgir a la existencia a partir de la nada y nulidad que precedió a los Seis Días de Creación.