De una manera que se corresponde en cada detalle con dicha figura e imagen [del amor que muestra el rey poderoso a este individo en extremo inferior], pero en un grado mucho mayor, doble y redoblado infinitamente más [que en la parábola], ha hecho nuestro Di-s para con nosotros. Pues Su grandeza está más allá de la comprensión y El permea todos los mundos y abarca todos los mundos; y del sagrado Zohar, así como del AríZal, se sabe [de] la multitud de heijalot y [de los] mundos que son infinitos, y de las miríadas de ángeles [que se encuentran] en cada mundo y heijal, incontables y sin fin. Así hace notar la Guemará: "Está escrito: '¿Tienen acaso cómputo Sus regimientos [de ángeles]?' Pero también está escrito: 'Mil miles Le asisten, y diez mil veces diez mil se alzan ante El...'". Y [la Guemará] responde: "'Mil y miles...', es la cifra de un regimiento, pero Sus regimientos son innumerables". Sin embargo, ante El, todos ellos son considerados como nada en absoluto, son anulados de su existencia misma, tal como una palabra es realmente nula en comparación con la esencia y ser del alma articuladora mientras el habla [del alma] estaba contenida todavía en su [facultad de] pensamiento, o en la voluntad y el deseo del corazón, como se ha explicado arriba en detalle.
Todos estos [ángeles] preguntan: "¿Dónde es el lugar de Su gloria?" Y ellos contestan: "Toda la tierra [física] está llena de Su gloria", [¿y cómo está este mundo "lleno de Su gloria"?] Esto es [debido a] Su pueblo, Israel. Pues el Santo, bendito sea, dejó de lado las criaturas superiores e inferiores, sin elegir a ninguna de ellas sino a Israel, Su pueblo, a quien El sacó de Egipto —"la obscenidad de la tierra", el lugar de la inmundicia e impureza— "no a través de un ángel, ni a través... [...de un emisario del nivel del Mundo de Atzilut], sino el Santo, bendito sea, El Mismo en Su gloria" descendió allí —como está escrito: "Y Yo descendí para salvarlo [de mano de los egipcios]"— a fin de traerlos cerca de Sí en genuina proximidad y unión, con una verdadera unión de alma, a nivel de "besos" de boca a boca, al pronunciar "la palabra de Di-s, a saber, la halajá", y la fusión de "espíritu" [del hombre] con "espíritu" [de Di-s], a saber, la captación de la Torá y el conocimiento de Su Voluntad y sabiduría, que son verdaderamente uno; también con forma de "abrazo", a saber, el cumplimiento de los preceptos positivos con los 248 órganos [que tiene el hombre], pues las 248 ordenanzas son los 248 "órganos" del Rey, como se mencionara antes. De una manera general, éstas [248 mitzvot positivas] están divididas en tres categorías, derecha, izquierda y centro, o sea, jésed ("bondad"), dín ("justicia severa") y rajamím ("piedad"), [que son] los dos brazos y el cuerpo, etc.