Y esto es lo que quiso decir el Ienuka al afirmar que "La luz que arde sobre su cabeza, o sea, la Shejiná, requiere aceite", esto es, investirse en jojmá, sabiduría, que es llamada "aceite de la sagrada unción", como está escrito en el Zohar "éste [aceite] es las buenas acciones", es decir, los 613 mandamientos que se derivan de Su sabiduría. De ese modo la luz de la Shejiná puede aferrarse a la mecha, o sea, al alma vitalizadora [que está] en el cuerpo, llamada metafóricamente "mecha". Pues tal como en el caso de una vela material, la luz brilla en virtud del aniquilamiento e incineración de la mecha convirtiéndose en fuego, del mismo modo la luz de la Shejiná descansa sobre el Alma Divina como resultado de la aniquilación del Alma Animal y su transformación de oscuridad [de kelipá] en luz [de santidad] y de amargura [de kelipá] en dulzura [de santidad] en el caso de los tzadikím, o al menos a través de la destrucción de sus vestimentas [del alma], que son el pensamiento, la palabra y la acción, y su transformación de oscuridad de las kelipot en luz Divina del Ein Sof que está investido en el pensamiento, habla y acción de los 613 mandamientos de la Torá y unido a ellos, en el caso de los beinoním.
Pues como resultado de la transformación del Alma Animal —que se origina en kelipat noga— de oscuridad [de kelipá] en luz [de santidad], etc., se produce el así llamado "ascenso de las aguas femeninas" para atraer la luz de la Shejiná [no sólo como la luz de jojmá y Torá que no es sino un recipiente para recibir la luz de la Shejiná, sino atrayendo realmente la luz de la Shejiná,] es decir, la revelada luz del Ein Sof sobre el Alma Divina de la persona [que mora principalmente] en el cerebro de la cabeza. Con ello se podrá comprender claramente el texto [del versículo:] "Pues Di-s, tu Señor, es un fuego que consume", como se explica en otra parte.