Una analogía de esto es la luz del sol que ilumina a la tierra y sus habitantes. [Esta iluminación] es la radiación y la luz que se expande del cuerpo del sol y es visible a todos mientras da luz a la tierra y [brilla] en la extensión del universo. Ahora bien, resulta obvio que esta luz y radiación están presentes también en el cuerpo y materia mismos del globo solar en el cielo, pues si puede extenderse e iluminar a tan gran distancia puede por cierto arrojar luz en su propio lugar. Sin embargo, allí, en su propio sitio, la radiación es considerada nada y nulidad absoluta, pues es totalmente inexistente en relación con el cuerpo del globo solar que es la fuente de esta luz y radiación, ya que esta radiación y luz es sólo la iluminación que irradia del cuerpo del globo solar mismo. Es sólo en el espacio del universo, bajo los cielos y sobre la tierra, donde no está presente el cuerpo del globo solar, que esta luz y radiación parece tener, al ojo de todos [los que la perciben], verdadera existencia. Y aquí, el término "existencia", iésh, puede legítimamente serle aplicado,
mientras que cuando [esta luz y radiación] está en su fuente, en el cuerpo del sol, el término "existencia" no puede serle aplicado en absoluto; sólo puede ser llamada nada y nulidad absoluta. Allí es verdaderamente nula y absolutamente noexistente, pues allí sólo su fuente, el cuerpo lumínico del sol, da luz, y no hay otra cosa aparte de él.