En forma análoga, salvando nuevamente la infinita distancia [entre el Creador y el alma creada,] exactamente lo mismo se aplica al alma del hombre, que es el Alma Divina que "El sopló de dentro de Sí Mismo". Está [el estado inicial de jojmá,] el concepto oculto al que se alude en la letra iud, poseyendo [meramente] el potencial de ser revelado, y [con ello] entender y concebir la verdadera existencia y grandeza de Di-s, en cada persona conforme su medida, de acuerdo a la extensión de su intelecto y entendimiento.

A medida que [el hombre] profundiza su intelecto y amplía su inteligencia y comprensión para meditar acerca de Su grandeza, su [ahora desarrollado] entendimiento es señalado por la letra hei, que tiene ancho.

[La letra hei] también tiene largo, para indicar la extensión hacia abajo, de modo que de su entendimiento y meditación acerca de la grandeza de Di-s, [el hombre] haga nacer el amor y el temor, y sus ramificaciones, en su mente y en lo recóndito de su corazón, hasta que finalmente [estas emociones] encuentren revelada manifestación en su corazón. Estas [emociones espirituales] conducen al verdadero servicio a Di-s, en el estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot, con voz y habla, o con la acción. Esto es [el área de] las [finales] letras vav y hei [del Tetragrámaton, Havaiá].

Además, la meditación que se empeña en entender y concebir Su verdadero ser también deriva de la Torá, pues "la Torá procede de jojmá", que es la iud del Tetragrámaton.