El valor numérico señala la disminución progresiva de la luz y la fuerza vital hasta que de ella queda sólo el nivel final, el que es la suma y número de clases de poderes y grados contenidos en la luz y fuerza vital investidos en una combinación particular de una palabra determinada. (Fue sólo luego de todas estas contracciones y otras como ellas, como lo decretara Su Sabiduría, que la luz y fuerza vital pudo investirse incluso en los inferiores [seres creados], tales como las piedras inanimadas y el polvo. Por ejemplo, el nombre éven/אבן ("piedra") indica que su fuente está en el Nombre [Divino] Ba"n/ב״ן que numéricamente es igual a 52 (נ״ב), con una alef/א agregada a él de otro Nombre, por algún motivo conocido por su Creador. Ahora bien, el nombre ב״ן mismo pertenece a mundos muy superiores, pero a través de numerosas y poderosas contracciones, de grado en grado, descendió de él una fuerza vital tan extremadamente condensada que pudo investirse en una piedra. Y ésta [muy enormemente condensada fuerza vital]es el alma del ser inanimado, la que le da vida y lo trae a la existencia a partir de la nada a cada instante, como se ha explicado previamente. Este es el nivel de "El llena todos los mundos", en oposición al nivel de "El rodea todos los mundos", [donde la fuerza vital no es contraída en proporción a la capacidad espiritual de los seres creados]).

Cada poder y grado [de la fuerza vital] podría crear seres de acuerdo a su propio nivel, incluso ilimitados en cantidad y calidad, dándoles vida por siempre, dado que es el poder de Di-s lo que se propaga y emana del "aliento de Su boca" y no hay restricción [a Su habilidad de crear mundos ilimitados]. Su calidad, sin embargo, no estará en un nivel tan alto como la calidad y el nivel de las criaturas que podrían ser creadas del poder y grado de las letras mismas.