Luego de que "el viento [de perdón] pasa encima [de las almas de los pecadores] y los purifica", puede entonces el alma de ellos regresar literalmente a Di-s Mismo, ascender a las mayores alturas, a su mismísima Fuente, y unirse a El en extraordinaria unión, como estaba unida a El en máxima unión antes de que fuera soplada por el aliento de Su boca para descender y ser incorporada dentro del cuerpo del hombre. (5Para ilustrar esta unidad: antes de que uno exhale, el aliento es una misma cosa con la persona, [es decir, son] inseparables [uno de otro]). Este es el retorno perfecto, teshuvá.
Este estado de unidad y este retorno es llamado teshuvá ilaá, el arrepentimiento de nivel superior que sigue a teshuvá tataá, el arrepentimiento de nivel inferior. El Zohar, en Raaiá Mehemná Parshat Nasó, explica que teshuvá ilaá significa entregarse al estudio de la Torá por temor y amor al Santo, bendito sea... pues ésta [letra vav] es la hija de iudhéi, o biná... (En esto radica la superioridad de los penitentes por sobre los perfectamente justos, pues así afirma el santo Zohar en Parshat Jaié Sará: "ellos atraen sobre sí con un más intenso anhelo del corazón, y con más energía, para acercarse al Rey...").