Se ha enseñado en una Baraita al final [del Tratado Talmúdico] de Iomá: Hay tres tipos de expiación y el arrepentimiento [necesariamente] acompaña a cada uno de ellos. [(1)] Si [el individuo] omitió el cumplimiento de un precepto positivo y se arrepintió, es perdonado de inmediato. [(2)] Si violó un mandamiento prohibitivo y se arrepintió, su arrepentimiento queda pendiente, y Iom Kipur expía.

(Esto quiere decir que si bien en términos de cumplimiento el mandamiento positivo es [de un rango] superior, razón por la cual [su ejecución] empuja a un lado al mandamiento prohibitivo, esto se debe al hecho de que al cumplir un mandamiento positivo [la persona] atrae una iluminación y flujo del reflejo de la luz Ein Sof en los mundos superiores (3como está escrito en el Zohar: "Los 248 preceptos positivos son los 248 'órganos del Rey'") y también sobre su Alma Divina, como declaramos [en las bendiciones que preceden al cumplimiento de muchas mitzvot:] "...que nos ha santificado con Sus mandamientos [...]".

Pero en lo que se refiere al arrepentimiento — si bien [mediante el arrepentimiento] el castigo por rebelarse contra el mandato de Di-s y no cumplir la palabra del Rey es conmutado, no obstante, la iluminación falta. Tal como nuestros Sabios comentan sobre el versículo "Una torcedura que no puede ser corregida" — 'Esto se refiere a aquel que descuidó la Lectura nocturna [o matinal] del Shemá o [la plegaria vespertina o matutina]'. Porque pese a ser cuidadoso de ahora en más en cuanto a leer el Shemá mañana y noche por el resto de sus días, [demostrando de ese modo su remordimiento,] su arrepentimiento resulta inefectivo para subsanar aquello que ha omitido una vez.

Si [el hombre] viola una prohibición, puesto que [con ello] el mal se adhiere a su alma, produce [también] un defecto en su raíz y fuente suprema (3en las vestimentas de las Diez Sefirot de Asiá; como escribe Tikunéi Zohar: "Tú has diseñado vestimentas para ellas, de las cuales emergen en vuelo las almas de los hombres..."). Por eso no hay expiación para su propia alma ni tampoco en lo Alto, hasta Iom Kipur, como está escrito: "El expiará por el lugar santo a causa de las impurezas de los Hijos de Israel y a causa de sus pecados...; ante Havaiá seréis purificados". "Ante Havaiá" es enfatizado.

En consecuencia, que nadie infiera de esto, Di-s libre, indulgencia alguna en [el cumplimiento de] los mandamientos positivos, particularmente en el estudio de la Torá. Por el contrario, nuestros Sabios afirman: "Di-s ha pasado por alto [en ciertas instancias, incluso] la idolatría, [la relación sexual prohibida y el homicidio], pese a estar involucrados la [pena de] escisión —karet— y la pena capital], pero no excusó la negligencia en el estudio de la Torá").

[Continúa diciendo la Baraita: (3)] Si uno comete un pecado [castigable con la pena] de escisión o ejecución, el arrepentimiento y Iom Kipur quedan pendientes y los sufrimientos purgan (3es decir, completan la expiación; [el verbo] memarkín [usado aquí para "purgan",] denota [la etapa final, o sea,] el purgado y lavado a fin de "pulir" al alma, pues kapará ("expiación") es el término para [la etapa precedente de] limpieza, el quitado de la impureza del pecado), como fuera dicho: "Recordaré con la vara sus pecados, y con aflicciones sus iniquidades".

Hasta aquí el texto de la Baraita [con que comenzó este capítulo].