Ahora bien, está escrito: "Iaacov es la cuerda de Su heredad". La analogía [compara al alma del judío] a una cuerda, con un extremo arriba y el otro abajo. Cuando alguien tira del extremo inferior, moverá y arrastrará tras de sí también el extremo superior, tanto como se pueda.

Así exactamente es respecto de la raíz del alma del hombre y su fuente en la hei posterior. A través de sus malas acciones y pensamientos, él hace descender la fuerza vital [que emana de la hei posterior] a las cámaras de la sitrá ajará, [el "otro lado", opuesto a la santidad,] como si fuera, de donde él recibe sus pensamientos y acciones. Puesto que es él, [el individuo pecador,] quien atrae el flujo de vitalidad hacia ellas, es él quien recibe de ellas la porción mayor. Con esto bastará para el entendedor.

De ahí la afirmación de nuestros Sabios: "No está en nuestras manos comprender la razón ya sea de la tranquilidad de los malvados [o el sufrimiento de los justos]". "En nuestras manos", específicamente; es decir, en estos tiempos de exilio luego de la Destrucción [del Gran Templo]. Esta es una expresión del "Exilio de la Shejiná", [la Presencia Divina,] para decirlo de alguna manera, o sea, el otorgamiento [por parte de Di-s] de [suplementarias medidas de] fuerza vital a las cámaras de la sitrá ajará que El aborrece.

Pero cuando el pecador se arrepiente adecuadamente, retira entonces de ellas la fuerza vital que había atraído originalmente dentro de ellas con sus actos y pensamientos, pues con el arrepentimiento hace regresar el flujo que emana de la Shejiná a su lugar apropiado.

Este, entonces, es [el significado de] tashuv hei, el retorno de la letra hei posterior de su estado de exilio. Como lo declara el versículo: "Di-s, tu Señor, retornará a aquellos de ti que regresan"; lo que significa [que Di-s Mismo habrá de retornar] con tu regreso. Como han comentado nuestros Sabios [sobre este versículo]: "[Las Escrituras] no han dicho '[Di-s] hará retornar' [sino que El Mismo habrá de retornar]".