La explicación del tema [es la siguiente]:

Hay una bien conocida declaración de Eliahu: "Tú eres Aquel que ha hecho surgir los diez tikuním, a los que nosotros llamamos Diez Sefirot, para conducir mediante ellos los mundos ocultos [y los mundos revelados...]. Tú eres sabio, pero no con un conocible atributo de sabiduría. Tú entiendes, pero no con un conocible atributo de entendimiento, etc...".

Todas las Diez Sefirot están incluidas y representadas en su fuente, el Tetragrámaton: La [letra] י (iud), que es un simple punto, alude a Su sabiduría, que es el estado de ocultamiento y oscuridad, antes de desarrollarse en un estado de expansión y revelación en captación y entendimiento. (La "espina" encima de la iud alude a la Voluntad Suprema, que trasciende por mucho al nivel de Jojmá Ilaá, 'Sabiduría Suprema', como es sabido).

Cuando [el "punto" seminal de jojmá] es eventualmente amplificado y revelado como algo captable y entendible a los mundos ocultos, es entonces contenido y representado en la letra ה (hei) [del Tetragrámaton], la que se extiende a lo ancho —implicando el despliegue de la explicación y el entendimiento— y también a lo largo —para indicar extensión y flujo hacia abajo, hacia dentro de los mundos ocultos—.

En la etapa siguiente, cuando esta extensión y flujo son llevados más abajo aún, hacia los mundos revelados —los que pueden ser comparados, a modo de analogía, a uno que desea revelar sus pensamientos a otro a través de su habla—, esta extensión está contenida y es representada en las finales letras ו y ה (vav y hei), pues la [letra] ו (vav) indica el flujo hacia abajo. Asimismo, este flujo hacia abajo es efectuado a través de los atributos Divinos de benevolencia y bondad y Sus demás atributos sagrados, incluidos en términos generales en los seis atributos del versículo "Tuyos son, Di-s, la grandeza...", hasta "Tuya, Di-s, es la soberanía...", exclusive. Pues Su atributo de soberanía es llamado "la palabra de Di-s", como en el versículo: "Dondequiera la palabra del rey rige".

Este [atributo de soberanía] está contenido y representado en la hei final del Tetragrámaton. Pues el aspecto interior y la fuente del habla es el aliento que asciende del corazón y luego es dividido en las cinco articulaciones orales. [Una de ellas produce el grupo de letras] alef, jet, hei y áin de la garganta, [otra produce el grupo de letras bet, vav, mem y péi de los labios,] etc.

[En particular] la enunciación de la hei es exclusivamente aliento no vocalizado, como está escrito: "Una letra liviana sin substancia". Y aunque El no tiene forma corpórea —líbrenos Di-s—, "la Torá habla como en la lengua de los hombres". Además, porque también el habla de Di-s [consiste de, para decirlo de alguna manera,] veintidós letras que se separan en las cinco

articulaciones [que producen el habla Divina] de las cuales fueron creados todos los seres. (Para un análisis de estas letras y su significado, véase Likutéi Amarím, Segunda Parte [Shaar HaIjud VeHaEmuná], cap. 11).

En forma análoga, salvando nuevamente la infinita distancia [entre el Creador y el alma creada,] exactamente lo mismo se aplica al alma del hombre, que es el Alma Divina que "El sopló de dentro de Sí Mismo". Está [el estado inicial de jojmá,] el concepto oculto al que se alude en la letra iud, poseyendo [meramente] el potencial de ser revelado, y [con ello] entender y concebir la verdadera existencia y grandeza de Di-s, en cada persona conforme su medida, de acuerdo a la extensión de su intelecto y entendimiento.

A medida que [el hombre] profundiza su intelecto y amplía su inteligencia y comprensión para meditar acerca de Su grandeza, su [ahora desarrollado] entendimiento es señalado por la letra hei, que tiene ancho.

[La letra hei] también tiene largo, para indicar la extensión hacia abajo, de modo que de su entendimiento y meditación acerca de la grandeza de Di-s, [el hombre] haga nacer el amor y el temor, y sus ramificaciones, en su mente y en lo recóndito de su corazón, hasta que finalmente [estas emociones] encuentren revelada manifestación en su corazón. Estas [emociones espirituales] conducen al verdadero servicio a Di-s, en el estudio de la Torá y la observancia de las mitzvot, con voz y habla, o con la acción. Esto es [el área de] las [finales] letras vav y hei [del Tetragrámaton, Havaiá].

Además, la meditación que se empeña en entender y concebir Su verdadero ser también deriva de la Torá, pues "la Torá procede de jojmá", que es la iud del Tetragrámaton.