La razón de que no toda persona logre el privilegio de este nivel —el servicio desde la profundidad del corazón en un estado de pnimiut— es que esta facultad dentro de él está en un estado de exilio y cautiverio. Y éste es, realmente, el estado de exilio de la Shejiná (Presencia Divina), porque ella es precisamente la chispa de Divinidad que está en el Alma Divina de la persona. La causa del exilio [de la chispa Divina del alma] es que dijeron nuestros Sabios: "[Cuando los judíos] fueron exilados a Babilonia, la Shejiná fue con ellos". Esto es así porque la persona ha investido lo más interior de su corazón en [aquel aspecto del universo que es] la contraparte opuesta [a la santidad], a saber, en las vestimentas sucias —las cuestiones mundanas y pasiones de este mundo— denominadas con el nombre de "Babilonia". Este [exilio] se corresponde con el "prepucio" que cubre el pacto y el punto más íntimo del corazón. Al respecto está escrito: "Y circundaréis el prepucio de vuestro corazón".
Ahora bien, en la circuncisión hay dos etapas: milá ("escisión", el corte) y periá ("destapar", poner al descubierto), [que respectivamente quitan] el grueso prepucio y la fina membrana. En el "prepucio" del corazón [que la Torá similarmente nos ordena circuncidar,] hay, análogamente, deseos burdos y sutiles [que se corresponden con los dos tipos de piel. Estos dos tipos de deseo mundano requieren, respectivamente], milá y periá, y "si uno realizó la milá ('circuncisión') sin periá ('destapar'), es como si no hubiera circuncidado", pues, después de todo, el punto más interior del corazón continúa cubierto por una vestimenta de fina arpillera [de kelipá]; está en un estado de exilio y cautiverio. Ahora bien, en cuanto al corte del prepucio mismo está escrito: "Y circuncidaréis el prepucio de vuestro corazón", [circuncidaréis,] vosotros mismos. Mas la remoción de la membrana fina le es cosa difícil al hombre, y sobre esto está escrito que con la llegada del Mashíaj "Di-s, tu Señor, circuncidará tu corazón..., para amar a Di-s, tu Señor, con todo tu corazón y con toda tu alma, en aras de tu vida", porque solamente Di-s es, literalmente, toda tu vida. A esto se debe que [el amor que sigue al corte de la membrana fina del corazón por parte de Di-s] emane de lo profundo del corazón, del punto verdaderamente más íntimo, como se mencionara antes, y trascienda la facultad de dáat. Por eso, también, el Mashíaj vendrá cuando Israel, en general, sea "sorprendido desprevenido". [Su venida] es la manifestación del punto más interior que es global [a todos los judíos], y [asimismo] la salida de la Shejiná global [de la comunidad de Israel por entero] del exilio y cautiverio por siempre jamás. Similarmente, cada chispa particular de la Shejiná, inherente en el alma de todo judío individual, sale momentáneamente del exilio y cautiverio durante aquella "vida momentánea que es la plegaria" —durante el servicio del corazón, de lo profundo del corazón, del punto más interior que se despoja del [ocultante] "prepucio"— y se remonta a lo Alto para apegarse a El con fiera pasión, en el espíritu de la frase: "en aras de tu vida". Y [en] esto, también, el hombre puede ser considerado como estando en un estado de hesej hadáat ("desprevenido" o "distraído", [para decirlo de alguna manera,]) pues este estado, trasciende el dáat del hombre y su meditación acerca de la grandeza de Di-s. Más bien, es una suerte de obsequio concedido por Di-s desde el Cielo, de la radiación del Semblante Supremo, como está escrito: "Haga Di-s brillar Su semblante hacia ti", y como está escrito: "Y el Señor, tu Di-s, circuncidará [—es decir, quitará la insensibilidad de— tu corazón]".