Pero es bien sabido que el despertar desde lo Alto resulta sólo en respuesta al estímulo desde abajo, como una elevación de máin nukvín ("aguas femeninas"). Como dijeron nuestros Sabios: "Ninguna gota [de lluvia] desciende de arriba [sin que dos gotas correspondientes asciendan primero de abajo]". Por lo tanto, el hombre debe realizar el comienzo de esta milá por sí mismo, remover el "prepucio" del corazón y las cáscaras gruesa y fina que visten y cubren el punto más interior de su corazón, [siendo] éste [punto más interior] un amor a Di-s en el espíritu de la frase "en aras de tu vida", [estando este amor a Di-s] en exilio en medio de las pasiones de este mundo. Estas [pasiones físicas] existen asimismo en el espíritu de la frase "en aras de tu vida", en [aquel aspecto del universo que es] la opuesta contraparte [de la santidad], como se mencionara antes. Y esta [remoción del prepucio espiritual] se logra dando caridad a Di-s del dinero propio, que es su vitalidad, especialmente en el caso de la persona cuyos ingresos son restringidos y está muy apremiado en este momento, pues, [cuando da,] da de su vida misma. Esto es particularmente así si se mantiene con el esfuerzo de sus manos. Pues es imposible que en su trabajo no haya involucrado con frecuencia "el punto más interior de su corazón", lo profundo de su corazón, como es el hábito del mundo cuando [las personas] están abocadas a sus negocios y similares. Así, ahora, cuando sin escatimar dispensa de [los frutos de] su esfuerzo [pese a las circunstancias], y entrega para Di-s con alegría y corazón gustoso, redime con ello su alma del abismo. Es decir, [redime] el punto más interior de su corazón que estaba en un estado de exilio y cautiverio dentro de la gruesa o fina kelipá. Pues así está escrito: "Cuida tu corazón con la máxima vigilancia (mishmar)" [lit.: "Cuida tu corazón de todo mishmar"], y "mishmar" significa "prisión". Así, por medio de esta [entrega de] caridad, [el punto más interior del corazón] es redimido ahora de las fuerzas del mal [en las que había estado cautivo]. Esto explica también el término periá, el que sugiere periat jov ("quitar [saldar] una deuda"), pues [el individuo en cuestión] se había endeudado y sometido a las fuerzas del mal que habían gobernado en él sobre el punto más interior del corazón. Por medio de esto podemos comprender el significado de [la frase citada antes:] "y sus [antes espiritualmente] cautivos [serán redimidos] por medio de la tzedaká".