No obstante, puesto que se debe "modular para el oído [aquello que es capaz de escuchar]", podemos percibir y comprender que tal como en la analogía la luz del sol que está unida a su fuente y es anulada en ella no tiene nombre propio, sino sólo el de su fuente, del mismo modo todos los atributos del Santo, bendito sea, y Su Voluntad y sabiduría, no son designados ni llamados en absoluto con estos nombres [respecto de El,] sino sólo en relación con las criaturas superiores e inferiores que son traídas a la existencia, les es concedida vida, y son guiadas en su conducta, por el Santo, bendito sea, por intermedio de Su Voluntad, sabiduría, entendimiento y comprensión, los que se invisten en Sus sagrados atributos emocionales. Como fue declarado en el Midrash: "Por medio de diez cosas fue creado el mundo: con sabiduría, con entendimiento y con comprensión,... como está escrito: 'Di-s fundó la tierra, con sabiduría; estableció los cielos, con entendimiento; con Su comprensión se rasgaron las profundidades del abismo'..."; y como lo expresara Eliahu: "Tú has producido diez Tikuním —y nosotros los llamamos Diez Sefirot— para a través de ellos dirigir mundos ocultos no revelados, y mundos revelados, y a través de ellos Tú Te ocultas...".