En verdad, sin embargo, las letras del habla Suprema están muy por encima del nivel y esencia de la sabiduría e intelecto de los seres creados. Pues el hombre, poseedor de sabiduría e intelecto, fue creado por la "Aserción" y las letras de [la frase:] "Hagamos al hombre a nuestra imagen..."; o [el hombre, poseedor de sabiduría e intelecto, fue creado] incluso con el aliento Divino solamente, como está escrito: "Y El insufló en sus fosas nasales aliento de vida". En consecuencia, resulta que el habla Divino y aliento son la fuente de la sabiduría y el intelecto en el alma de Adám, la que incluye todas las almas de los tzadikím, quienes son superiores a los ángeles servidores. La razón [de la trascendencia de las letras Supremas sobre el alma] es que las letras del habla de Di-s son flujos de poder y fuerza vital de Sus atributos emocionales, los que están unidos a Su Esencia y Ser en una unidad perfecta que es infinitamente superior al nivel de sabiduría en los seres creados. Se las denomina "letras" no en relación a los seres creados, sino sólo en relación a Sus atributos emocionales propiamente dichos.

Ahora bien, éstas [letras Supremas] son veintidós clases de flujos de fuerzas vitales y poderes, diferentes unos de otros, mediante los cuales fueron creados todos los mundos superiores e inferiores y todas las criaturas que hay en ellos. Pues así ascendió en Su Voluntad y sabiduría, crear al mundo con exactamente veintidós clases diferentes de flujos, ni más ni menos, y estos son las veintidós letras que están fijadas en la boca y lengua, como hemos aprendido en Sefer Ietzirá. [1Su grafía indica la forma del flujo, como se explicará más adelante]. Pues las letras del habla y pensamiento en el alma humana también son flujos de la esencia y ser del intelecto y los atributos emocionales, como se explica en otro lugar.