"Y [la recompensa por] el acto de tzedaká será paz, y [la recompensa por] el servicio de tzedaká [será] serenidad y seguridad por siempre". La diferencia entre [el] "acto" y "servicio" de tzedaká, y la diferencia entre [las recompensas de] "paz" y "serenidad y seguridad", será comprendida con lo que dijeron nuestros Sabios, sobre el versículo "El hace paz en Sus alturas": "Mijael es el príncipe del agua y Gabriel es el príncipe del fuego, y no obstante ello no se extinguen el uno al otro". Esto significa que Mijael es el príncipe de jésed ("bondad"), llamada "agua" porque desciende de un lugar alto a uno bajo. [En términos espirituales] este [descenso] significa: la concesión y expansión de la fuerza vital Divina de los mundos superiores a los inferiores. Fuego, cuya naturaleza es la de remontarse a lo alto, representa espiritualmente el impulso de guevurá ("severidad"), y la ascendente retirada del flujo de fuerza vital, a fin de no conferir[la] salvo por medio de una intensa e inmensa contracción.
Ahora bien, estos atributos están en conflicto, pero sólo cuando están en su prístino estado como atributos.
Mas el Santo, bendito sea, hace la paz entre ellos por medio de una revelación — de modo que una inmensa iluminación y una intensa emanación de la [infinita] luz Ein Sof se revela dentro de ellos. Porque al igual que Su Nombre, [o sea, Ein Sof, "el Infinito",] es El. El no está, Di-s libre, en el plano [medido] de un atributo, sino que trasciende sumamente, ad infinitum, incluso el rango de [las facultades intelectuales de] JaBaD, que es la fuente de los atributos, [y ciertamente trasciende los atributos mismos]. Y entonces, los atributos opuestos de Mijael y Gabriel [jésed y guevurá] son absorbidos en su fuente y raíz, y se vuelven verdaderamente unificados, y se anulan en Su luz que irradia a ellos de una manera manifiesta. Las guevurot son de ese modo moderadas y suavizadas [lit., "endulzadas"] en los jasadím [y transformadas en bien y bondad], por un nivel intermediario, el factor determinante [entre jésed y guevurá], que tiende hacia jésed, es decir, el atributo de rajamím ("misericordia"). Este es llamado tiferet ("belleza") en la terminología de los Eruditos de la Verdad [—los Cabalistas—], porque está constituida de dos colores —blanco y rojo— que insinúan a jésed y guevurá [respectivamente]. El Nombre Divino Havaiá, según aparece sin calificativos a lo largo de la Torá, alude, por lo tanto, al atributo de tiferet, como se afirma en el sagrado Zohar. Pues ahí, la [infinita] luz Ein Sof se vuelve manifiesta en una inmensa iluminación, superando a la de los demás atributos Divinos.