Ahora bien, pese a que en lo Alto, [en los excelsos mundos de infinitud,] esta iluminación es irradiada y se extiende de manera ilimitada e infinita para animar mundos que están infinitamente ocultos, como está escrito en Idrá Rabá, no obstante ello, a medida de que [esta radiación] desciende por medio de numerosas contracciones para animar los seres que han sido creados, formados y hechos, se divide primariamente en 613 [rayos], correspondiéndose con los 613 mandamientos de la Torá. Estos [mandamientos], de hecho, son tipos de conductos que transmiten esta radiación de la [infinita] luz Ein Sof para iluminar el alma del hombre, que consta de 248 "órganos" y 365 "tendones" [totalizando 613 elementos]. Pues fue principalmente en aras de ella que se hizo fluir esta radiación hacia abajo, a todos aquellos seres que habían sido creados, formados y hechos, pues el máximo objetivo de todos estos es, como se sabe, el hombre.
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Ahora bien, este número es la división básica primaria. Más específicamente, sin embargo, cada uno de los mandamientos se subdivide en infinitos detalles. Estos son los cuerpos de las detalladas normas de cada mandamiento, que son sin número, como está escrito: "Sesenta son las reinas", que [como comentan nuestros Sabios,] alude a los sesenta tratados... [El mismo versículo continúa:] "...y doncellas sin número", que [como comentan nuestros Sabios,] alude a las [innumerables] normas [de las leyes individuales], pues son un flujo descendente de la Voluntad Suprema [que es infinita]. Así es precisamente con el alma del hombre, [que tiene los medios para absorber los innumerables detalles del flujo descendente del resplandor Divino]. Pues todas las almas en el mundo fueron contenidas en Adám. Básicamente, su alma era divisible en 613 elementos, consistentes de 248 "órganos" y 365 "tendones". Más específicamente, sin embargo, su alma era divisible en innumerables chispas, que son las almas de todo Israel desde los días de los Patriarcas y [los fundadores de las Doce] Tribus, hasta, e incluyendo, [el tiempo de] la venida del Mashíaj, cuando se cumplirá [la promesa de] las Escrituras: "Y el número de los Hijos de Israel será como el de la arena del mar, que no puede ser medida ni contada", "en razón de su enorme cantidad".