Lo precedente permite comprender la afirmación del AríZal, que entre los judíos hay dos clases de almas: las de los eruditos de Torá que se abocan a su estudio de la Torá toda su vida, y las almas de aquellos que cumplen los preceptos, abocándose a actos caritativos y de bondad. Ahora bien, ciertamente también los eruditos deben ocuparse con actos de bondad, como enseñaron nuestros Sabios: "[Quienquiera dice que no tiene más que Torá, [y por lo tanto ningún acto benévolo,] ni siquiera Torá tiene". No obstante, en lo que concierne a los eruditos de la Torá cuyo estudio de la Torá es su ocupación principal y la mayor parte de su tiempo es empleada en ello, el efecto de su estímulo desde abajo, para despertar el Jésed Supremo para atraer y hacer descender la [infinita] luz Ein Sof investida en la Jojmá Suprema —la fuente de la Torá de Di-s que está en sus bocas— se extiende solamente al plano de las almas que están en Beriá, a través de su ocupación con la Guemará, y se extiende a los ángeles que están en el Mundo de Ietzirá por medio de su ocupación con la Mishná. Pues la animación de las almas y los ángeles deriva de las combinaciones de las letras del habla, es decir, la Torá Oral. La fuente de las letras, sin embargo, está en la Jojmá Suprema, como se mencionara antes. No obstante, a fin de atraer y hacer descender una iluminación y vitalidad del nivel del Aliento Supremo —la "hei inferior"— hasta este mundo inferior —lo que involucra una contracción más grande y extrema— el estímulo desde abajo por parte de los eruditos de la Torá —quienes se abocan a acciones caritativas y bondadosas sólo una pequeña fracción de su tiempo— no es suficiente. [Esto se logra] sólo mediante un estímulo de parte de aquellos que cumplen los preceptos, quienes se abocan a acciones de caridad y benevolencia la mayor parte de su vida (como se explica en Likutéi Amarím, Primera Parte, cap. 34). Ese es el por qué de que [las personas que se abocan principalmente a mitzvot tales] son llamadas "los sostenes de la Torá [misma]". Estas [personas] representan los niveles de nétzaj y hod, pues atraen la luz de la Torá hacia abajo, al Mundo de Asiá.

Ahora resultará claro por qué la caridad es llamada "acto" —como en el versículo: "Y el acto de caridad será paz"—: porque el efecto de la caridad es atraer la luz de Di-s hacia abajo, hasta el Mundo de Asiá ("Acción"). Y éste es el significado de la sutil fraseología del santo Zohar: "Quien hace el Santo Nombre" — expresamente "quien hace". Pues mediante un estímulo desde abajo —a través de la caridad y el jésed del ser inferior— se despierta el Jésed Supremo, para atraer la [infinita] luz Ein Sof de la Jojmá Suprema, la iud del Nombre Divino, a la hei del Nombre, al "habla" y "aliento" de la bendita boca de Di-s, a fin de atraer [luz Divina] hasta el Mundo de Asiá — a modo de analogía, y salvando las infinitas distancias: como un ser humano que no habla sino solamente a otros (y no cuando está solo), y entonces, cuando les habla, contrae su intelecto y pensamiento.

Los inteligentes comprenderán.