Ahora bien, todo judío debe abarcar los dos mencionados rasgos, pues "No hay cosa que no tenga su lugar". Por eso encontramos varias cuestiones que ejemplifican las indulgencias de Beit Shamái y las severidades de Beit Hilel. Es para enseñarnos que incluso Beit Shamái, cuyas almas están enraizadas en la "izquierda" Suprema —razón por la cual siempre optaban por el rigor en todas las prohibiciones de la Torá, mientras Beit Hilel, que eran de la "derecha" Suprema, solían encontrar alegatos de lenidad para determinar como permitidas las cosas prohibidas por Beit Shamái, de modo que quedaran liberadas de sus lazos prohibitivos y pudieran ascender—, no obstante, en numerosas cuestiones, [incluso] Beit Shamái eran indulgentes. [Esto es así] a causa de la inclusividad de las raíces de sus almas, compuesta también por la "derecha" (jésed). Análogamente, también la raíz del alma de Beit Hilel incluía la "izquierda" (guevurá), pues, como es sabido acerca del modo y los atributos de la Santidad Suprema, "allí no hay hendidura o división", Di-s libre; más bien, todos los atributos incluyen unos a otros. Por consiguiente, están unidos uno con el otro, como lo saben los Eruditos de la Sabiduría Oculta [—quienes estudian la Cabalá—]. Así, está escrito sobre Avraham, quien personifica el atributo de jésed y amor, "Ahora sé que tú eres temeroso de Di-s", porque él se había ataviado con el atributo de guevurá, [que no era de su esencia,] "Y ató a Itzjak, su hijo... y tomó el cuchillo [para sacrificar a su hijo]". En cuanto a las Escrituras que lo caracterizan como "Avraham, quien Me amó", y [otro caracteriza a Itzjak como] "el Temor de Itzjak" — esta diferencia y distinción existe [sólo] en la escala de manifestación y ocultamiento: En el modo de servicio Divino de Itzjak, el temor es manifiesto mientras que el amor es oculto, en un estado de ocultamiento y retiro. Lo opuesto [sucede] con el carácter de nuestro padre Avraham —sea sobre él la paz—.