"Afortunados somos. Cuán buena es nuestra porción, cuán placentera es nuestra suerte...". [Estos mismos términos, "porción" y "suerte", aparecen juntos en un contexto similar en los siguientes dos versículos:] "Di-s es la parte de mi porción y de mi copa; [Tú sostienes mi suerte]. Las áreas [adjudicadas por suertes] han caído sobre mí placenteramente; [sí, tengo una buena herencia]".
A fin de comprender los términos "nuestra porción" y "nuestra suerte", debe explicarse apropiadamente una expresión común en las enseñanzas de nuestros Sabios: "El no tiene parte en el Di-s de Israel". Ahora bien, parecería que un término como "parte" no puede ser aplicado en absoluto a Di-s, porque El no es divisible en partes —Di-s libre—. Este concepto puede entenderse considerando un versículo [que, hablando] de Iaacov [dice]: "Y lo llamó a El 'El, Di-s de Israel'". El significado [de este versículo es el siguiente]:
En verdad, el Santo, bendito sea, es fiel a Su Nombre. A pesar de que El permea todos los mundos superiores e inferiores, desde la cima de todos los niveles hasta este bajo mundo material —como está escrito: "¿No lleno Yo los cielos y la tierra?", "Yo", tal cual, significando el mismísimo Ser y Esencia de Di-s, para decirlo de alguna manera, y no sólo Su gloria— El es "santo", no obstante, en el sentido de "separado de" los mundos superiores e inferiores, y no está en absoluto contenido en ellos —Di-s libre—, del modo en que, a modo de analogía, el alma del hombre está contenida en su cuerpo [y se ve afectada por sus cambios], como se explicara en otra parte extensamente. Por esta razón, estos no podrían recibir su fuerza vital de Su Ser y Esencia mismos, para decirlo de alguna manera. Más bien, la expansión de la fuerza vital con la cual el Santo, bendito sea, anima los mundos superiores e inferiores es, metafóricamente hablando, como una radiación que irradia de Su Nombre, pues El y Su Nombre son uno. Así, está escrito: "Pues [incluso] Su solo Nombre es exaltado", mientras únicamente su brillo y "su esplendor están sobre la tierra y los cielos".
Esta radiación se inviste realmente en los mundos superiores e inferiores a fin de animarlos. Está contenida dentro de ellos por medio de muchos intermediarios, y por medio de numerosas e intensas contracciones, en una progresión descendente cadenoide [a través de los niveles de los diferentes mundos], en una secuencia de causa y efecto, y así sucesivamente.