Este refinamiento mismo también tendrá lugar por medio de una manifestación de Divinidad abajo, con gran iluminación e inmensa efusión, como está escrito: "Pues la tierra se colmará del conocimiento de Di-s", y "La gloria de Di-s se revelará...".

Ahora bien, esto es en cuanto al futuro del mundo, en términos generales. Pero en cuanto al hombre terrenal, en cada "momento de encuentro" [—en cada momento propicio para encontrar a Di-s—] o sea, la plegaria, o en otros tiempos designados para recluirse uno con su Hacedor — a todo individuo, en proporción a sus acciones, le es concedido un saboreo previo de este refinamiento al abocarse al estudio de Torá en aras de ella misma. Lo mismo se logra por medio de la caridad, como fuera dicho: "Rabí Elazar solía entregar una moneda a un pobre y luego rezar, pues está escrito: 'A través de tzédek contemplaré Tu Semblante'". Esta [revelación durante la plegaria] es una iluminación y emanación manifiesta de comprensión y entendimiento, [permitiéndole al hombre] meditar acerca de la grandeza de Di-s a fin de engendrar con ello un temor y amor generados intelectualmente, como se sabe.

Y a través de esto se extrae para Di-s el bien [y se lo eleva a El], y el mal es separado, como está escrito: "El crisol es para [refinar] plata y el fusor para el oro, y el hombre [es refinado] conforme a su alabanza", esto es, "conforme a su alabanza a Di-s" [durante la plegaria] con conocimiento profundo a fin de hacer nacer temor y amor. De este modo, el bien es depurado y el mal separado, tal como la escoria se separa de la plata y el oro en un crisol o fusor.