Ahora bien, todo esto es sólo a modo de alegoría, pues todo esto se aplica al alma racional, que es la más inferior en el hombre, y deriva de kelipat noga. Pero en genuina verdad, con respecto a [las sefirot en] el alma más excelsa y Divina, que es "parte de Di-s de lo Alto", todos los atributos internos y externos están [dirigidos] a Di-s únicamente. Porque a causa del amor a Di-s y en razón del intenso deseo propio de unirse a El, desea [practicar] jésed, a fin de unirse con Sus atributos. Esto concuerda con la enseñanza de nuestros Sabios sobre el versículo "Y para unirte a El": "Unete a Sus atributos".

Así es también con el atributo de guevurá —por ejemplo, penar y castigar a los malvados con las penas de la Torá; y también, prevalecer sobre la [mala] inclinación propia, "Santificarse uno mismo en aquello que está permitido", y erigir un cerco y una valla alrededor de la Torá, a causa del miedo y temor a Di-s, no sea que llegue a pecar, el Cielo no lo permita.

Asimismo, [con el atributo de tiferet, (lit., "belleza") el hombre procura] glorificar a Di-s y Su Torá de todas las maneras posibles, y unirse a Sus alabanzas con todas las facultades de su alma —esto es, con la meditación de su intelecto y pensamiento— y del mismo modo cuando habla.

Asimismo, [con el atributo de nétzaj, el hombre procura] prevalecer triunfante contra cualquier cosa que [lo] restringiría en el servicio a Di-s y en unirse a El, y contra cualquier cosa que restringiría [el estado de revelación en el que] toda la tierra está colmada de la gloria de Di-s, como las guerras por Di-s libradas por el Rey David —sea sobre él la paz— [que se derivaron de su atributo de nétzaj].

Del mismo modo, [con el atributo de hod, el hombre procura] prosternarse y [abnegadamente] alabar al Di-s que todo lo anima y crea, y ante Quien todo es esencialmente noexistente y considerado como realmente nada y nulo. Pese a que nosotros no podemos captar cómo todo es realmente nulo ante El, no obstante, reconocemos y admitimos sinceramente que en genuina verdad así es. Este incluye también la expresión de gratitud a Di-s por todos los favores que nos ha conferido, de modo que no seamos desagradecidos, Di-s libre. Este [atributo de hod] incluye también dar gracias a Di-s por todas Sus loables [acciones], y Sus atributos y Sus obras en la emanación y creación de los mundos superiores e inferiores, porque son loables sin fin, son agradables y adecuados a El, bendito y exaltado sea. El término es como en la frase hod vehadar ("majestuosidad y esplendor").

Y también el atributo de [iesod (lit.: "fundamento"), como en la frase:] "El Tzadík es el fundamento (iesod) del mundo", de modo que el alma de uno está ligada a Di-s, la Fuente de Vida, uniéndose a El con apego y deseo, por un maravilloso amor y deleite.

Y en cuanto al atributo de maljut [del alma Divina, procura por su intermedio] aceptar sobre sí el yugo de la soberanía de Di-s y Su servicio, como la servidumbre de cualquier esclavo a su amo, o sea, por temor reverencial y miedo.

Ahora bien, la fuente y raíz de todos los atributos están en el JaBaD. Esto es: Jojmá es la fuente del intelecto que capta a Di-s y Su sabiduría, Su grandeza, y los atributos sagrados mediante los cuales El conduce y anima todos los mundos superiores e inferiores; biná es la meditación de esta captación en el largo, ancho, y profundidad del entendimiento propio, a fin de "entender (o deducir) una cosa de otra", y engendrar de esta captación su progenie, los atributos de amor y temor y demás atributos nacidos en el Alma Divina que contempla y medita acerca de la grandeza de Di-s, de cómo "Su grandeza es insondable". Un aspecto de la grandeza de Di-s es tal que el Alma Divina, cuando medita acerca de ella, se ve desbordada por el temor y miedo. Esto es irá tataá ("temor de nivel inferior"), que es un aspecto de maljut. Hay otro aspecto de la grandeza de Di-s del que deriva irá ilaá ("temor de nivel superior"), en el que uno se siente intimidado temerosamente por la vergüenza. También hay un aspecto del que deriva ahavá rabá ("gran amor"), y aún otro aspecto más del que deriva ahavá zutá ("amor menor"). Lo mismo se aplica a los atributos externos, es decir, jésed y demás; [también ellos emanan de JaBaD].

Ahora bien, la facultad de dáat debe estar investida en todos estos, pues representa el vínculo mediante el cual el alma está ligada y enclavada en esta captación mientras aprehende algún aspecto de la grandeza de Di-s, de la cual nació en ella uno de estos atributos. Pues [de producirse] una momentánea remoción del dáat de esta captación, la emoción nacida de ella también se retirará de su [precedente] estado de manifestación en el alma [retornando] al ocultamiento [dentro del alma], para existir allí en potencia pero no en concreto. A ello se debe que el término dáat sea aplicado a la copulación, pues es un término que implica [una] unión [que resulta en emisión, tal como de dáat nacen las emociones].

Esta es la facultad de dáat tajtón ("dáat de nivel inferior"), el que se extiende dentro de los atributos e inviste en ellos para animarlos y sostenerlos. También hay una facultad de dáat elión ("dáat de nivel superior"), a través de la cual la fuente del intelecto que capta la profundidad de un concepto está ligada y conectada [a éste] —como un punto o el resplandor de un relámpago que fulgura sobre la mente de uno— de modo que [el concepto] se extienda hacia abajo. La profundidad del concepto captado se tornará entendida con ello con amplia clarificación, en longitud y anchura, siendo esta etapa la función de la facultad de biná, conocida como rejovot hanahar (lit.: "la expansividad del río"), como se explicará en su sitio.