Análogamente, por la unión de Zá y Nukvá de Beriá, Ietzirá y Asiá, fueron creados —como iesh de áin— todos los seres que fueron creados, formados y hechos, por medio de la luz de la neshamá que hay dentro de ellos, pues ésta es Divinidad de los keilím de las diez sefirot de maljut de Atzilut. En ella [—dentro de maljut de Atzilut—] también está presente la radiación del Kav de la [infinita] luz Ein Sof que está investida en Atzilut hasta la Prasá. Esta irradiación del Kav —que irradió a los keilím de las diez sefirot de maljut [de Atzilut]— atravesó la Prasá junto con ellos, e irradia en ellos, en Beriá, Ietzirá y Asiá, tal cual como en Atzilut mismo.
Igual es el caso del Kav mismo, el que está investido en la conclusión y final del nétzaj, hod y iesod de Adám Kadmón, o sea el fin de "las piernas de Iósher" [del Kav] que culminan en maljut de Asiá: una radiación del Kav irradia desde allí [—desde nétzaj, hod y iesod de Adám Kadmón—] y se inviste en la luz de la neshamá de las diez sefirot de Beriá, Ietzirá y Asiá, que es Divinidad. Y una radiación de [esta] radiación [del Kav] se inviste [también] en el néfeshrúaj de las diez sefirot de Beriá, Ietzirá y Asiá, y también en todos los keilím de éstas, mientras una radiación de [aquella] radiación de la radiación [original] es inmanente en todos los seres que fueron creados, formados y hechos, como está escrito: "Los mares, y todo lo que contienen [fueron hechos por Ti], y Tú les otorgas vida a todos ellos". Y todo esto es a modo de una extensión de la fuerza vital para animarlos.
No obstante, la esencia y naturaleza de la [infinita] luz Ein Sof no está de manera alguna sujeta al espacio, [sino que, más bien,] abarca a todos los mundos por igual. [Por eso dice Di-s:] "Yo lleno los cielos y la tierra" — uniformemente.
Asimismo, "No hay lugar [o nivel espiritual] vacío de El", incluso en este mundo físico. [La luz Divina está presente,] no obstante, [sólo] de una manera "abarcadora" y "circundante" —como este concepto [de makíf, o sovév kol almín] se explica en Likutéi Amarím—, no a modo de una extensión e investidura de la fuerza vital, animándolos y trayéndolos a la existencia de áin a iesh, sino, más bien, solamente por medio de una radiación de una radiación de la radiación, etc., del Kav, como se mencionara antes. También, de la [trascendente] luz [Ein Sof] que "circunda" y "abarca" los Cuatro Mundos —Atzilut, Beriá, Ietzirá y Asiá— uniformemente, hay una radiación al Kav interior, a través de los keilím de las diez sefirot de Beriá, Ietzirá y Asiá. Por su irradiación dentro de los keilím, les otorga poder y fortaleza para crear iesh de áin. Ahora bien, en vista de que la creación tiene lugar por medio de los keilím, los seres creados son numerosos y diversos, limitados y finitos, especialmente dado que [la radiación Divina que los trajo a la existencia se revela] por medio de las letras, como se explicó arriba.