El surgimiento de un "algo" (iesh) a partir de la "nada" (áin) es llamado, en la Lengua Santa, Beriá ("creación").
Y a pesar de que también la substancia creada es como la nada ante El —lo que significa que es esencialmente noexistente en relación con la energía y luz que fluyen a él [derivada] de los keilím de las diez sefirot de Atzilut, Beriá, Ietzirá y Asiá, dentro de la cual irradia el Kav de la [infinita] luz Ein Sof, tal como un rayo de sol dentro del sol, como se explica en Likutéi Amarím, Segunda Parte—, no obstante, esto es sólo "ante El", Su conocimiento de arriba hacia abajo. Mas [desde la perspectiva terrenal (dáat tajtón) de los seres creados], con un conocimiento de abajo hacia arriba, el iesh creado es una cosa totalmente separada en este conocimiento y captación desde abajo. Porque la fuerza que [lo crea y continuamente] fluye en él no es entendida [por el ser creado] en absoluto. Además, no hay aproximación [comparativa] alguna de uno al otro, ni se asemeja la relación entre ellos parcial o mínimamente a la aproximación entre el efecto (alúl) y su causa (ilá). Porque el alúl conoce y tiene cierta captación de su ilá, y se anula a ella a través de su conocimiento y captación.
Incluso en cuanto a su intrínseca naturaleza y esencia, no hay una diferencia tan grande [entre una ilá y su alúl], salvo que uno es causa y el otro efecto; sin embargo, [esta diferencia] no se asemeja parcial ni mínimamente a la que existe entre la esencia de una substancia creada y la esencia de la energía y luz que fluye dentro de ella para crearla de áin a iesh. Es por eso que [la creación] es llamada precisamente iesh meáin, "algo a partir de la nada".