Mas el Santo, bendito sea, hace la paz entre ellos por medio de una revelación — de modo que una inmensa iluminación y una intensa emanación de la [infinita] luz Ein Sof se revela dentro de ellos. Porque al igual que Su Nombre, [o sea, Ein Sof, "el Infinito",] es El. El no está, Di-s libre, en el plano [medido] de un atributo, sino que trasciende sumamente, ad infinitum, incluso el rango de [las facultades intelectuales de] JaBaD, que es la fuente de los atributos, [y ciertamente trasciende los atributos mismos]. Y entonces, los atributos opuestos de Mijael y Gabriel [jésed y guevurá] son absorbidos en su fuente y raíz, y se vuelven verdaderamente unificados, y se anulan en Su luz que irradia a ellos de una manera manifiesta. Las guevurot son de ese modo moderadas y suavizadas [lit., "endulzadas"] en los jasadím [y transformadas en bien y bondad], por un nivel intermediario, el factor determinante [entre jésed y guevurá], que tiende hacia jésed, es decir, el atributo de rajamím ("misericordia"). Este es llamado tiferet ("belleza") en la terminología de los Eruditos de la Verdad [—los Cabalistas—], porque está constituida de dos colores —blanco y rojo— que insinúan a jésed y guevurá [respectivamente]. El Nombre Divino Havaiá, según aparece sin calificativos a lo largo de la Torá, alude, por lo tanto, al atributo de tiferet, como se afirma en el sagrado Zohar. Pues ahí, la [infinita] luz Ein Sof se vuelve manifiesta en una inmensa iluminación, superando a la de los demás atributos Divinos.