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Tehilim Diario

Capítulos 1-9

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Costumbre especial para el mes de Elul y las Altas Fiestas
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Vea a continuación los capítulos adicionales de hoy.
Capítulo 1
Estímulo para estudiar Torá y evitar el pecado. Quien siga este camino tiene asegurado el éxito. Con los inicuos, será a la inversa

Dichoso es el hombre que no ha andado en el consejo de los malvados, ni se ha parado en la senda de los pecadores, ni sentado en compañía de los mofadores. En cambio, su deseo se halla en la Torá de Adonái, y en su Torá medita día y noche. Será cual un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su estación adecuada y cuya hoja no se marchita; y todo lo que él hace tendrá éxito. ¡No así los malvados! Son como la paja que el viento empuja. Por ello, los malvados no se alzarán en el juicio, ni el pecador [será incluido] en la congregación de los justos. Pues Adonái conoce la senda del recto, mas el camino del malvado ha de perecer.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 2
No intentes ser más listo que Dios. Si tienes motivos para alegrarte, hazlo con cuidado, no sea que los pecados reviertan tu alegría.

¿Por qué las naciones se reúnen con furia, y los pueblos traman en vano? ¿[Por qué] los reyes de la tierra se alzan, y los gobernantes juntos se reúnen en contra de Adonái y en contra de Su ungido, [diciendo:] "Erradiquemos sus cuerdas y arrojemos de nosotros sus sogas"? Aquel que Se sienta en el Cielo ríe, mi Amo Se mofa de ellos. Entonces El les habla en Su ira, y los aterra en Su furia [diciéndoles:] "¡Soy Yo quien ha ungido a Mi rey, en Tzión, Mi montaña sagrada!" Corresponde que yo declare: Adonái me dijo: "Tú eres Mi hijo, [te aprecio como si] Yo hoy te he concebido. Pide de Mí, y Yo he de hacer de las naciones tu herencia, y tus posesiones han de extenderse hasta los confines más remotos de la tierra. Las triturarás con una vara de hierro, las harás añicos como una vasija de alfarero". ¡Y ahora, reyes, sed sabios; extraed una lección, vosotros, gobernantes de la tierra! Servid a Adonái con temor, y alegraos con temblor. Apresuraos a purificar [vuestros corazones], no sea que El Se enoje, y vosotros perezcáis en el camino aun cuando Su ira arda apenas por un fugaz momento. Dichosos son todos los que depositan su confianza en El.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 3
Si sientes que eres castigado, no desprecie el reproche de ello pues, quizás, mereces más, y Dios te trata bondadosamente.

Un Salmo por David cuando huyó de su hijo Avshalóm: ¡Adonái, cuán numerosos son mis adversarios; muchos se alzan contra mí! Muchos dicen de mi alma: "¡No hay para él salvación de Dios, jamás!" Mas Tú, Adonái, eres un escudo para mí, mi gloria, y Aquel que levanta mi cabeza. Con mi voz llamo a Adonái, y El me responde desde Su sagrada montaña siempre. Me acuesto y duermo [en paz]; me despierto [en tranquilidad], pues Adonái me sostiene. No temo a las decenas de miles de personas que se han alineado a mi alrededor. Levántate, Adonái; sálvame, mi Dios, pues Tú has golpeado a todos mis enemigos en la mejilla, has destrozado los dientes de los malvados. La salvación es de Adonái; venga Tu bendición sobre Tu pueblo por siempre.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 4
No avergüences a tu prójimo, ni hables u oigas chismes y calumnias. No envidies la prosperidad del malvado en este mundo; alégrate y di: "Si así es con quienes Lo encolerizan, cuánto más con quienes Le sirven".

Para el Director del Coro; con instrumento musical; un Salmo por David: Respóndeme cuando llamo, Dios [que conoce] mi rectitud; en la aflicción Tú me concediste abundante alivio, sé gracioso y escucha mi plegaria. Hijos del hombre, ¿hasta cuándo haréis de mi honor vergüenza, amaréis la vanidad, [y] siempre procuraréis la falsedad? Sabed que Adonái aparta para Sí al piadoso; Adonái ha de escuchar cuando Lo llame. Temblad y no pequéis; reflexionad en vuestros corazones sobre vuestro lecho, y guardad silencio para siempre. Ofrendad sacrificios en rectitud y depositad vuestra confianza en Adonái. Muchos dicen: "¿Quién ha de mostrarnos bien?" Alza sobre nosotros la luz de Tu rostro, Adonái. Tú pones alegría en mi corazón cuando su cereal y vino son abundantes. He de acostarme y también he de dormir en paz, pues Tú, Adonái, has de hacerme morar solo, en seguridad.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 5
Una plegaria para cada individuo: que los perversos sufran las consecuencias de sus actos y los devotos se regocijen en sus buenas acciones.

Para el Director del Coro, sobre el instrumento musical nejilót, un Salmo por David: Presta oídos a mis palabras, Adonái; considera mis pensamientos. Atiende a la voz de mi clamor, mi Rey y mi Dios, pues a Ti ofrezco plegaria. Adonái, escucha mi voz en la mañana; ofrezco [mi plegaria] ante Ti en la mañana, y quedo expectante. Pues Tú no eres un Dios que desea la maldad; el mal no convive contigo. Los jactanciosos no pueden tenerse derechos ante Tus ojos; Tú odias a todos los malhechores. Tú destruyes a los que hablan con mentira; Adonái detesta al hombre sanguinario y traicionero. Y yo, merced a Tu abundante benevolencia, vengo a Tu casa; me prosterno en dirección a Tu Santo templo, con temor a Ti. Condúceme, Adonái, en Tu rectitud, a causa de mis vigilantes enemigos; allana Tu camino delante de mí. Pues en sus bocas no hay honestidad, su corazón es traicionero; su garganta es una tumba abierta, [aunque] su lengua adula. Encuéntralos culpables, Dios; haz que caigan a causa de sus [malvadas] tretas; hazlos sucumbir por sus muchas transgresiones, pues se han rebelado en contra de Ti. Mas todos aquellos que depositan su confianza en Ti han de alegrarse, han de cantar jubilosamente por siempre; Tú has de cobijarlos, y aquellos que aman Tu Nombre se regocijarán en Ti. Pues Tú, Adonái, habrás de bendecir al justo; así como un escudo, lo envolverás de buena voluntad.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 6
Una plegaria para que el enfermo implore a Dios que sane su cuerpo y alma. Recitada con devoción y corazón contrito, seguro que Dios la aceptará.

Para el Director del Coro, con instrumento musical en el sheminít, un Salmo por David: Adonái, no me reprendas en Tu enojo ni me castigues en Tu ira. Sé gracioso conmigo, Adonái, pues languidezco; cúrame, Adonái, pues mis huesos tiemblan de miedo. Mi alma es presa del pánico; y Tú, Adonái, ¿hasta cuándo [sufriré para que me ayudes]? Vuélvete, Adonái, [de Tu enojo,] salva mi alma; ayúdame en aras de Tu bondad. Pues en la muerte no hay recuerdo de Ti; en el sheól, ¿quién ha de alabarte? Estoy fatigado de tanto suspirar; cada noche lloro hasta empapar mi cama, derrito mi lecho con mis lágrimas. Mi ojo se ha enturbiado a causa del enojo, está gastado a causa de todos mis adversarios. Apartaos de mí, vosotros todos los malhechores, pues Adonái ha escuchado el sonido de mi llanto. Adonái ha escuchado mi súplica; Adonái acepta mi plegaria. Todos mis enemigos estarán avergonzados y grandemente aterrados; se arrepentirán y de inmediato sentirán vergüenza.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 7
No te regocijes cuando Dios castiga a tu enemigo, tal como es ingrato el sufrimiento de los justos. David se disculpa ante Dios: él no hizo mal alguno Shaúl --aquel lo trajo sobre sí--, pues sus pensamientos sólo fueron buenos.

Un shigaión por David, que él cantó a Adonái acerca de Kush, el Benjaminita: Adonái, Mi Dios, en Ti he depositado mi confianza; sálvame de todos mis perseguidores y libérame. No sea que él desgarre mi alma como un león, y me aplaste, sin que haya quien me rescate. Adonái, mi Dios, si he hecho esto, si hay iniquidad en mis manos; si he retribuido a mis amigos con mal o he oprimido a aquellos que me odian sin causa, que el enemigo persiga mi alma y la alcance; que pisotee mi vida por tierra y haga estar mi gloria en el polvo para siempre. Alzate, Dios, en Tu ira, elévate en furor contra mis enemigos, y despierta dentro de mí [la fuerza para administrar] la retribución que Tú has ordenado. Cuando la asamblea de naciones Te rodee, aléjate de ella, retorna a Tu morada suprema. Adonái ha de administrar retribución a las naciones; júzgame, Adonái, conforme mi rectitud y mi integridad. Pon fin a la iniquidad de los malvados, mas establece a los rectos. Tú, Dios recto, que sondea los corazones y las mentes. Confío en Dios para que sea mi escudo, Aquel que libera a los rectos de corazón. Dios es el juez justo; y el Todopoderoso se enfurece [con el malvado] todos los días. Si no se arrepiente, El afilará Su espada, curvará Su arco, y lo preparará [contra el malvado]. Y El ha preparado para él armas mortales; El usará Sus flechas contra aquellos que persiguen [a los justos]. En verdad, él concibe la iniquidad, está preñado de malas tretas y da a luz a la falsedad. Excavó un pozo, lo ha cavado hondo, y ha de caer en la zanja que ha hecho. Su maldad se volverá sobre su propia cabeza; su violencia caerá sobre su propio cráneo. He de alabar a Adonái de acuerdo con Su rectitud y de cantar al Nombre del ensalzado Adonái.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 8
Alabanza a Dios por dar la Torá al mortal en el mundo inferior, suscitando envidia en los ángeles; como decimos [en Iom Kipur]: "Aunque Tu poderío está en los ángeles arriba, deseas alabanza de los formados por materia inferior".

Para el Director del Coro, sobre el [instrumento musical] guitít, un Salmo por David: Adonái, nuestro Amo, ¡cuán poderoso es Tu Nombre en toda la tierra, Tú que has establecido Tu majestad sobre los cielos! De la boca de criaturas y lactantes Tú has cimentado fortaleza, para oponer a Tus enemigos, para poner fin al adversario y al vengador. Cuando contemplo Tus cielos, la obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú has fijado, ¡qué es el hombre para que Tú lo recuerdes, el hijo del hombre para que Tú lo tengas en cuenta! Sin embargo, Tú lo has hecho apenas un poco por debajo de los seres supremos, y lo has coronado con gloria y esplendor; le has dado dominio sobre la obra de Tus manos, has puesto todo bajo sus pies; el ganado bovino y el ovino, todos, y también las bestias del campo; los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas del mar. Adonái nuestro Amo, ¡cuán poderoso es Tu Nombre en toda la tierra!

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 9
El hombre debe alabar a Dios por salvarlo del enemigo que desea que sufra, y por juzgar a todos con equidad, al justo por su rectitud y al inicuo por su maldad.

Para el Director del Coro, a raíz de la muerte de Labén, un Salmo por David: He de ofrecer alabanza a Adonái con todo mi corazón; he de relatar todas Tus maravillas. He de alegrarme y regocijarme en Ti, he de cantar alabanza a Tu Nombre, Supremo. Cuando mis enemigos retrocedan, tropezarán y perecerán delante de Ti. En verdad, Tú has emitido mi juicio y [defendido] mi causa; Tú estuviste sentado sobre el trono [del juicio], Juez Recto. Tú has destruido naciones, eliminado malvados, borrado su nombre por toda la eternidad. Enemigo, tus lugares desolados quedarán en ruinas para siempre; las ciudades que fueron destruidas a causa de tu iniquidad, su recuerdo mismo queda borrado. Mas Adonái está entronizado para siempre, El ha establecido Su trono para juicio. Y El ha de juzgar al mundo con justicia; El juzgará a las naciones con rectitud. Adonái será un baluarte para los oprimidos, un bastión en momentos de aflicción. Aquellos que conocen Tu Nombre depositan su confianza en Ti, pues Tú, Adonái, no has abandonado a aquellos que Te buscan. Entonad alabanzas a Adonái que mora en Tzión, relatad Sus actos entre las naciones. Pues el Vengador del derramamiento de sangre los recuerda; El no olvida el clamor de los humildes. Sé gracioso conmigo, Adonái; mira mi aflicción causada por mis enemigos, Tú que me alzas de los portales de la muerte, para que pueda relatar todas Tus alabanzas en los portales de la hija de Tzión, para que pueda regocijarme en Tu salvación. Las naciones se han hundido en el foso que han cavado; su pie quedó apresado en la misma trampa que ellos han escondido. Adonái Se tornó conocido con el juicio que El ejecutó; por la obra de sus propias manos quedó atrapado el malvado; reflexionad sobre esto por siempre. Los malvados retornarán al sheól; todas las naciones que olvidan a Dios. Pues no por siempre el menesteroso será olvidado, ni para siempre se perderá la esperanza del pobre. Levántate, Adonái, no permitas que el hombre [malvado] prevalezca; haz que las naciones sean juzgadas en Tu presencia. Impón Tu supremacía sobre ellas, Adonái; que las naciones sepan que son, en verdad, frágiles seres.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Tres capítulos adicionales
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Los salmos de hoy son 88, 89 y 90.
Capítulo 88
El salmista lamenta y se apena amargamente por los padecimientos y sufrimientos que soporta Israel en la diáspora, y los enumera en detalle.

Un canto, un Salmo por los hijos de Kóraj, para el Director del Coro, sobre el instrumento musical majalát leanót, un maskíl para Heimán el ezrajita: Adonái, Dios de mi salvación, de día clamé [a Ti], de noche [ofrezco mi plegaria] ante Ti. Que mi plegaria llegue ante Ti, vuelve Tu oído a mi súplica. Pues mi alma se ha empachado con aflicción, y mi vida ha llegado al sheól. Fui considerado junto a los que descienden al foso, fui cual hombre sin fuerza. [Se me considera] entre los muertos que están libres [de las preocupaciones mundanas], como cadáveres que yacen en la tumba a los que Tú aún no has recordado, los que aún siguen cercenados por Tu mano. Tú me has puesto en el foso más profundo; en los lugares más oscuros, en las profundidades. Tu ira ha pesado duramente sobre mí, y todas las olas [de Tu furia] me han afligido constantemente. Tú has alejado de mí a mis amigos, Tú me has hecho aborrecible ante ellos; estoy preso e imposibilitado de salir. Mi ojo se aflige a causa de la miseria, a Ti clamo, Adonái, cada día; he extendido mis manos [en plegaria] a Ti. ¿Por los difuntos haces milagros? ¿Se ponen de pie los muertos para ofrecerte alabanzas? Sela. ¿Se relata Tu benevolencia en la tumba, Tu fidelidad en el lugar de perdición? ¿Son conocidos Tus sorprendentes actos en la oscuridad [de la tumba], o Tu rectitud en la tierra del olvido? Mas yo, a Ti, Adonái, clamo; cada mañana mi plegaria llega ante Ti. ¿Por qué, Adonái, abandonas mi alma? ¿Por qué ocultas Tu semblante de mí? Desde mi juventud he estado afligido y aproximándome a la muerte, sin embargo he soportado el temor a Ti que está firmemente establecido dentro de mí. Tus furias han pasado sobre mí; Tus terrores me han cercenado. Me han rodeado como agua el día entero, todos juntos me han cercado. Tú has alejado de mí amante y amigo; he sido rechazado por mis conocidos.

Capítulo 89
El salmista lamenta la ausencia de la hegemonía, tantos años, de la Casa de David, y cómo Dios nos abandonó y despreció.

Un maskíl por Eitán el ezrajita: He de cantar a la benevolencia de Adonái por siempre; a todas las generaciones haré conocer Tu fidelidad con mi boca. Pues he dicho: "El mundo está construido con benevolencia; allí, en los cielos, Tú estableces Tu fidelidad". He hecho un pacto con Mi elegido; Yo he jurado a David, Mi servidor: "Estableceré a tus descendientes para siempre; construiré tu trono para todas las generaciones". Sela. Entonces los cielos alabarán Tus maravillas, Adonái; Tu fidelidad, también, en la congregación de los sagrados. En verdad, ¡Quién en el cielo puede ser comparado con Adonái, quién entre los seres supremos puede ser asemejado a Adonái! El Todopoderoso es reverenciado en la gran asamblea de los santos, inspira temor a todos los que Lo rodean. ¡Adonái, Dios de las huestes, quién es poderoso como Tú, Dios! Tu fidelidad Te rodea. Tú dominas la amplitud del mar; cuando sus olas se elevan, Tú las aquietas. Tú aplastaste a Ráhav (Egipto) como a un cadáver; con Tu poderoso brazo Tú disipaste a Tus enemigos. Tuyos son los cielos, la tierra también es Tuya; el mundo y todo lo que lo llena — Tú los estableciste. El norte y el sur — Tú los creaste; Tabór y Jermón cantan acerca de [la grandeza de] Tu Nombre. Tuyo es el brazo que tiene el poderío; fortalece Tu mano, eleva en alto Tu diestra. La rectitud y la justicia son el fundamento de Tu trono; la bondad y la verdad andan delante de Tu semblante. Afortunado el pueblo que conoce el sonido del shofar; Adonái, caminan a la luz de Tu rostro. Se deleitan en Tu Nombre todo el día, y son ensalzados mediante Tu rectitud. Sin duda, Tú eres el esplendor de su poderío; y en Tu buena voluntad nuestra gloria es ensalzada. Pues nuestros protectores se vuelven a Adonái, y nuestro rey al Santo de Israel. Entonces Tú hablaste en una visión a Tus piadosos y dijiste: "Yo he otorgado ayuda a [David] el poderoso; he enaltecido al selecto de entre el pueblo. He hallado a David, Mi servidor; Yo lo he ungido con Mi sagrado aceite. Es a él a quien Mi mano estará pronta [a ayudar]. Mi brazo, también, ha de fortalecerlo. El enemigo no ha de prevalecer sobre él, ni la persona inicua ha de afligirlo. Y he de triturar a sus adversarios ante él, y mataré a aquellos que lo odian. En verdad, Mi lealtad y Mi bondad estarán con él, y por medio de Mi Nombre su gloria será ensalzada. He de poner su mano sobre el mar, su diestra sobre los ríos. El ha de clamar a Mí: "Tú eres mi Padre, mi Dios, la fuerza de mi salvación". También Yo he de hacerlo [Mi] primogénito, supremo sobre los reyes de la tierra. He de mantener Mi benevolencia para con él para siempre; Mi pacto ha de permanecer verdadero para él. Y he de otorgar el [reinado] a su simiente para siempre, y en su trono perdurará tanto como los cielos. Si sus hijos abandonaran Mi Torá y no siguieran Mis ordenanzas, si profanaran Mis estatutos y no observaran Mis mandamientos, entonces Yo he de castigar su transgresión con la vara y sus fechorías con plagas. Sin embargo, no he de retirar Mi bondad con él, ni de traicionar Mi lealtad. No he de anular Mi pacto ni de cambiar aquello que ha salido de Mis labios. Una cosa he jurado por Mi santidad: no he de causar desilusión a David. Su simiente perdurará para siempre y su trono será [resplandeciente] como el sol ante Mí. Al igual que la luna, quedará establecido para siempre; [la luna] es un fiel testigo en el cielo eternamente". Sin embargo, Tú has abandonado y aborrecido; Tú Te has enfurecido con Tu ungido. Tú has anulado el pacto con Tu servidor; Tú has profanado su corona [echándola] por tierra. Tú franqueaste todas sus cercas; Tú convertiste todas sus fortalezas en ruina. Todos los viajeros lo despojaron; él se ha convertido en desgracia para sus vecinos. Tú has levantado la diestra de sus adversarios; Tú has hecho regocijar a todos sus enemigos. Tú también hiciste retroceder el filo de su espada, y no lo sostuviste en la batalla. Anulaste su esplendor, su trono echaste por tierra. Cercenaste los días de su juventud; Tú lo has ataviado de oprobio perdurable. ¿Hasta cuándo, Adonái, has de ocultarte? ¿Para siempre? ¿[Hasta cuándo] Tu furia arderá cual fuego? ¡Recuerda cuán pocos son los días de mi vida! ¿Por qué en vano has creado a todos los hijos del hombre? ¿Qué hombre puede vivir y no ver la muerte, puede salvar su alma para siempre del abismo? ¿Dónde están Tus anteriores actos de bondad, mi Amo, que Tú juraste a David en Tu lealtad? Recuerda, mi Señor, el oprobio de Tus servidores que llevo en mi pecho de todas las muchas naciones; que Tus enemigos han avergonzado, Adonái, que han avergonzado las pisadas de Tu ungido. Bendito es Adonái para siempre. Amén y Amén.

Capítulo 90
David halló esta plegaria tal cual—tenía la tradición de que es de Moshé—y la añadió a los Salmos. Habla de la brevedad de la vida, e insta al hombre a arrepentirse y evitar el orgullo.

Una plegaria de Moshé, el varón de Dios: Adonái, Tú has sido un refugio para nosotros en cada generación. Antes de que las montañas fueran hechas nacer, antes de que Tú crearas la tierra y el mundo — por siempre jamás Tú eres el Dios Todopoderoso. Tú reduces al hombre quebrantado, y dices: "Retornad, hijos del hombre". En efecto, un millar de años son ante Tus ojos como el día de ayer que ha pasado, como una vigilia de la noche. La corriente de su vida es apenas como un sueño; por la mañana son cual hierba que brota nuevamente. Por la mañana florece y brota nuevamente; por la tarde se marchita y se seca. Pues con Tu enojo somos consumidos, y con Tu ira somos destruidos. Tú has puesto nuestras iniquidades ante Ti, nuestros pecados ocultos ante la luz de Tu rostro. Pues todos nuestros días se han desvanecido en Tu ira; nosotros ocasionamos que nuestros años pasen como un sonido fugaz. Los años de nuestra vida suman setenta, si con mucho vigor — ochenta; en su mayoría son sólo afán y futilidad; pasando rápidamente y yéndose en vuelo. ¿Quién puede conocer la intensidad de Tu enojo? Tu ira es proporcional al temor de uno a Ti. Enséñanos, pues, a contar nuestros días, para que podamos contraer un corazón sabio. Aplácate, Adonái; ¿hasta cuándo [ha de durar Tu enojo]? Ten piedad de Tus servidores. Sácianos por la mañana con Tu bondad, entonces cantaremos y nos regocijaremos todos nuestros días. Alégranos conforme los días que Tú nos has afligido, conforme los años en que hemos visto la adversidad. Permite que Tu obra se revele a Tus servidores, y Tu esplendor sobre sus hijos. Que el deleite de Adonái nuestro Dios esté sobre nosotros; dispón para nosotros la labor de nuestros manos; confirma la labor de nuestras manos.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

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La Parashá
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