Dichoso es el hombre que no ha andado en el consejo de los malvados, ni se ha parado en la senda de los pecadores, ni sentado en compañía de los mofadores. En cambio, su deseo se halla en la Torá de Adonái, y en su Torá medita día y noche. Será cual un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su estación adecuada y cuya hoja no se marchita; y todo lo que él hace tendrá éxito. ¡No así los malvados! Son como la paja que el viento empuja. Por ello, los malvados no se alzarán en el juicio, ni el pecador [será incluido] en la congregación de los justos. Pues Adonái conoce la senda del recto, mas el camino del malvado ha de perecer.
Tehilim Diario
Capítulos 1-9
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¿Por qué las naciones se reúnen con furia, y los pueblos traman en vano? ¿[Por qué] los reyes de la tierra se alzan, y los gobernantes juntos se reúnen en contra de Adonái y en contra de Su ungido, [diciendo:] "Erradiquemos sus cuerdas y arrojemos de nosotros sus sogas"? Aquel que Se sienta en el Cielo ríe, mi Amo Se mofa de ellos. Entonces El les habla en Su ira, y los aterra en Su furia [diciéndoles:] "¡Soy Yo quien ha ungido a Mi rey, en Tzión, Mi montaña sagrada!" Corresponde que yo declare: Adonái me dijo: "Tú eres Mi hijo, [te aprecio como si] Yo hoy te he concebido. Pide de Mí, y Yo he de hacer de las naciones tu herencia, y tus posesiones han de extenderse hasta los confines más remotos de la tierra. Las triturarás con una vara de hierro, las harás añicos como una vasija de alfarero". ¡Y ahora, reyes, sed sabios; extraed una lección, vosotros, gobernantes de la tierra! Servid a Adonái con temor, y alegraos con temblor. Apresuraos a purificar [vuestros corazones], no sea que El Se enoje, y vosotros perezcáis en el camino aun cuando Su ira arda apenas por un fugaz momento. Dichosos son todos los que depositan su confianza en El.
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Un Salmo por David cuando huyó de su hijo Avshalóm: ¡Adonái, cuán numerosos son mis adversarios; muchos se alzan contra mí! Muchos dicen de mi alma: "¡No hay para él salvación de Dios, jamás!" Mas Tú, Adonái, eres un escudo para mí, mi gloria, y Aquel que levanta mi cabeza. Con mi voz llamo a Adonái, y El me responde desde Su sagrada montaña siempre. Me acuesto y duermo [en paz]; me despierto [en tranquilidad], pues Adonái me sostiene. No temo a las decenas de miles de personas que se han alineado a mi alrededor. Levántate, Adonái; sálvame, mi Dios, pues Tú has golpeado a todos mis enemigos en la mejilla, has destrozado los dientes de los malvados. La salvación es de Adonái; venga Tu bendición sobre Tu pueblo por siempre.
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Para el Director del Coro; con instrumento musical; un Salmo por David: Respóndeme cuando llamo, Dios [que conoce] mi rectitud; en la aflicción Tú me concediste abundante alivio, sé gracioso y escucha mi plegaria. Hijos del hombre, ¿hasta cuándo haréis de mi honor vergüenza, amaréis la vanidad, [y] siempre procuraréis la falsedad? Sabed que Adonái aparta para Sí al piadoso; Adonái ha de escuchar cuando Lo llame. Temblad y no pequéis; reflexionad en vuestros corazones sobre vuestro lecho, y guardad silencio para siempre. Ofrendad sacrificios en rectitud y depositad vuestra confianza en Adonái. Muchos dicen: "¿Quién ha de mostrarnos bien?" Alza sobre nosotros la luz de Tu rostro, Adonái. Tú pones alegría en mi corazón cuando su cereal y vino son abundantes. He de acostarme y también he de dormir en paz, pues Tú, Adonái, has de hacerme morar solo, en seguridad.
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Para el Director del Coro, sobre el instrumento musical nejilót, un Salmo por David: Presta oídos a mis palabras, Adonái; considera mis pensamientos. Atiende a la voz de mi clamor, mi Rey y mi Dios, pues a Ti ofrezco plegaria. Adonái, escucha mi voz en la mañana; ofrezco [mi plegaria] ante Ti en la mañana, y quedo expectante. Pues Tú no eres un Dios que desea la maldad; el mal no convive contigo. Los jactanciosos no pueden tenerse derechos ante Tus ojos; Tú odias a todos los malhechores. Tú destruyes a los que hablan con mentira; Adonái detesta al hombre sanguinario y traicionero. Y yo, merced a Tu abundante benevolencia, vengo a Tu casa; me prosterno en dirección a Tu Santo templo, con temor a Ti. Condúceme, Adonái, en Tu rectitud, a causa de mis vigilantes enemigos; allana Tu camino delante de mí. Pues en sus bocas no hay honestidad, su corazón es traicionero; su garganta es una tumba abierta, [aunque] su lengua adula. Encuéntralos culpables, Dios; haz que caigan a causa de sus [malvadas] tretas; hazlos sucumbir por sus muchas transgresiones, pues se han rebelado en contra de Ti. Mas todos aquellos que depositan su confianza en Ti han de alegrarse, han de cantar jubilosamente por siempre; Tú has de cobijarlos, y aquellos que aman Tu Nombre se regocijarán en Ti. Pues Tú, Adonái, habrás de bendecir al justo; así como un escudo, lo envolverás de buena voluntad.
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Para el Director del Coro, con instrumento musical en el sheminít, un Salmo por David: Adonái, no me reprendas en Tu enojo ni me castigues en Tu ira. Sé gracioso conmigo, Adonái, pues languidezco; cúrame, Adonái, pues mis huesos tiemblan de miedo. Mi alma es presa del pánico; y Tú, Adonái, ¿hasta cuándo [sufriré para que me ayudes]? Vuélvete, Adonái, [de Tu enojo,] salva mi alma; ayúdame en aras de Tu bondad. Pues en la muerte no hay recuerdo de Ti; en el sheól, ¿quién ha de alabarte? Estoy fatigado de tanto suspirar; cada noche lloro hasta empapar mi cama, derrito mi lecho con mis lágrimas. Mi ojo se ha enturbiado a causa del enojo, está gastado a causa de todos mis adversarios. Apartaos de mí, vosotros todos los malhechores, pues Adonái ha escuchado el sonido de mi llanto. Adonái ha escuchado mi súplica; Adonái acepta mi plegaria. Todos mis enemigos estarán avergonzados y grandemente aterrados; se arrepentirán y de inmediato sentirán vergüenza.
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Un shigaión por David, que él cantó a Adonái acerca de Kush, el Benjaminita: Adonái, Mi Dios, en Ti he depositado mi confianza; sálvame de todos mis perseguidores y libérame. No sea que él desgarre mi alma como un león, y me aplaste, sin que haya quien me rescate. Adonái, mi Dios, si he hecho esto, si hay iniquidad en mis manos; si he retribuido a mis amigos con mal o he oprimido a aquellos que me odian sin causa, que el enemigo persiga mi alma y la alcance; que pisotee mi vida por tierra y haga estar mi gloria en el polvo para siempre. Alzate, Dios, en Tu ira, elévate en furor contra mis enemigos, y despierta dentro de mí [la fuerza para administrar] la retribución que Tú has ordenado. Cuando la asamblea de naciones Te rodee, aléjate de ella, retorna a Tu morada suprema. Adonái ha de administrar retribución a las naciones; júzgame, Adonái, conforme mi rectitud y mi integridad. Pon fin a la iniquidad de los malvados, mas establece a los rectos. Tú, Dios recto, que sondea los corazones y las mentes. Confío en Dios para que sea mi escudo, Aquel que libera a los rectos de corazón. Dios es el juez justo; y el Todopoderoso se enfurece [con el malvado] todos los días. Si no se arrepiente, El afilará Su espada, curvará Su arco, y lo preparará [contra el malvado]. Y El ha preparado para él armas mortales; El usará Sus flechas contra aquellos que persiguen [a los justos]. En verdad, él concibe la iniquidad, está preñado de malas tretas y da a luz a la falsedad. Excavó un pozo, lo ha cavado hondo, y ha de caer en la zanja que ha hecho. Su maldad se volverá sobre su propia cabeza; su violencia caerá sobre su propio cráneo. He de alabar a Adonái de acuerdo con Su rectitud y de cantar al Nombre del ensalzado Adonái.
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Para el Director del Coro, sobre el [instrumento musical] guitít, un Salmo por David: Adonái, nuestro Amo, ¡cuán poderoso es Tu Nombre en toda la tierra, Tú que has establecido Tu majestad sobre los cielos! De la boca de criaturas y lactantes Tú has cimentado fortaleza, para oponer a Tus enemigos, para poner fin al adversario y al vengador. Cuando contemplo Tus cielos, la obra de Tus dedos, la luna y las estrellas que Tú has fijado, ¡qué es el hombre para que Tú lo recuerdes, el hijo del hombre para que Tú lo tengas en cuenta! Sin embargo, Tú lo has hecho apenas un poco por debajo de los seres supremos, y lo has coronado con gloria y esplendor; le has dado dominio sobre la obra de Tus manos, has puesto todo bajo sus pies; el ganado bovino y el ovino, todos, y también las bestias del campo; los pájaros del cielo y los peces del mar, todo cuanto pasa por las sendas del mar. Adonái nuestro Amo, ¡cuán poderoso es Tu Nombre en toda la tierra!
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Para el Director del Coro, a raíz de la muerte de Labén, un Salmo por David: He de ofrecer alabanza a Adonái con todo mi corazón; he de relatar todas Tus maravillas. He de alegrarme y regocijarme en Ti, he de cantar alabanza a Tu Nombre, Supremo. Cuando mis enemigos retrocedan, tropezarán y perecerán delante de Ti. En verdad, Tú has emitido mi juicio y [defendido] mi causa; Tú estuviste sentado sobre el trono [del juicio], Juez Recto. Tú has destruido naciones, eliminado malvados, borrado su nombre por toda la eternidad. Enemigo, tus lugares desolados quedarán en ruinas para siempre; las ciudades que fueron destruidas a causa de tu iniquidad, su recuerdo mismo queda borrado. Mas Adonái está entronizado para siempre, El ha establecido Su trono para juicio. Y El ha de juzgar al mundo con justicia; El juzgará a las naciones con rectitud. Adonái será un baluarte para los oprimidos, un bastión en momentos de aflicción. Aquellos que conocen Tu Nombre depositan su confianza en Ti, pues Tú, Adonái, no has abandonado a aquellos que Te buscan. Entonad alabanzas a Adonái que mora en Tzión, relatad Sus actos entre las naciones. Pues el Vengador del derramamiento de sangre los recuerda; El no olvida el clamor de los humildes. Sé gracioso conmigo, Adonái; mira mi aflicción causada por mis enemigos, Tú que me alzas de los portales de la muerte, para que pueda relatar todas Tus alabanzas en los portales de la hija de Tzión, para que pueda regocijarme en Tu salvación. Las naciones se han hundido en el foso que han cavado; su pie quedó apresado en la misma trampa que ellos han escondido. Adonái Se tornó conocido con el juicio que El ejecutó; por la obra de sus propias manos quedó atrapado el malvado; reflexionad sobre esto por siempre. Los malvados retornarán al sheól; todas las naciones que olvidan a Dios. Pues no por siempre el menesteroso será olvidado, ni para siempre se perderá la esperanza del pobre. Levántate, Adonái, no permitas que el hombre [malvado] prevalezca; haz que las naciones sean juzgadas en Tu presencia. Impón Tu supremacía sobre ellas, Adonái; que las naciones sepan que son, en verdad, frágiles seres.
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