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Tehilim Diario

Capítulos 72-76

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Capítulo 72
David compuso este Salmo por su hijo Salomón, pidiendo que tenga la sabiduría necesaria para hacer justicia con los pobres.

Por Shlomó: ¡Dios, imparte Tu justicia al rey, y Tu rectitud al hijo del rey. Que pueda juzgar a Tu pueblo con justicia, a Tus pobres con [recto] juicio. Que las montañas porten paz para la nación, también las colinas, en [recompensa a su] rectitud. Que juzgue él a los pobres del pueblo, salve a los niños del menesteroso, y someta al opresor, para que Te teman mientras el sol [brille] y la luna perdure, generación tras generación. Que caiga cual lluvia sobre lo plantado, como gotas de agua sobre la tierra. Florezca en sus días el justo, e increméntese la paz, hasta acabar [la luz de] la luna. Gobierne de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Inclínense ante él nobles, y que sus enemigos laman el polvo. Los reyes de Tarshísh e islas devolverán tributo, los reyes de Shevá y Sevá ofrecerán presentes. Todos los reyes se inclinarán a él, todas las naciones lo servirán; pues él salva al necesitado que clama, al pobre que nadie tiene que le ayude. El se compadece del empobrecido y menesteroso, y salva las almas de los indigentes. El redime su alma de la decepción y la violencia, y su sangre es preciosa a sus ojos. El revive [al pobre] y le da del oro de Sheva; y así [el pobre] reza por él siempre, y lo bendice todo el día. Haya grano abundante en la tierra, sobre la cima de montañas; que su fruta susurre como [los cedros de] el Líbano, y que [gente] florezca de la ciudad como la hierba de la tierra. Perdure su nombre por siempre; magnifíquese su nombre mientras el sol [brille]. Y todas las naciones se bendecirán por él, lo alabarán. Bendito es Adonái Dios, el Dios de Israel, quien hace maravillas solo. Bendito es su glorioso Nombre para siempre, y que toda la tierra sea llenada de Su gloria, Amén y Amén. Las plegarias de David, hijo de Ishái, han concluido.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 73
Este Salmo encara la pregunta de por qué sufren los justos y prosperan los malvados, y suplica por el término de nuestra larga diáspora. Léelo, y hallarás solaz para tu alma.

Un Salmo por [el Levita] Asaf: Dios es verdaderamente bueno con Israel, con los puros de corazón. En cuanto a mí, mis pies casi han descarriado; en un instante mis pasos habrían sido arrastrados. Pues envidié a los parrandistas cuando vi la tranquilidad de los malvados. Pues no hay malestar[previo] a su muerte, y su salud es buena. No tienen parte en la faena de los hombres, ni se afligen como otros mortales. Por eso visten arrogancia como una gargantilla; sus cuerpos se envuelven en violencia. Sus ojos afloran por la grasa; superaron las ilusiones de su corazón. Se burlan y hablan perversamente de opresión; de lo alto hablan ellos. Disponen sus bocas contra el Cielo, mientras sus lenguas caminan sobre la tierra. Por eso Su pueblo se vuelve aquí, y bebe de la rebosante [copa] de [envenenadas] aguas. Y dicen: ")Cómo es posible que Dios sepa? )Hay conocimiento en el Altísimo?" Mira, estos son los malvados, siempre tranquilos, han logrado mucha riqueza. Ciertamente, en vano yo he purificado mi corazón, y lavado mis manos en pulcritud; pues me afligí todo el día, y mi reprimenda vino cada mañana. Si hubiera dicho: "Lo contaré tal cual es", he aquí hubiera vuelto rebelde la generación de Tus hijos. Y cuando medité para comprenderlo, fue injusto a mis ojos hasta que llegué a los santuarios de Dios, y percibí su final. Sólo los colocas sobre lugares resbaladizos, los arrojas a la oscuridad. (Cómo se han vuelto desolados en un instante! Tocaron a su fin, fueron consumidos por terrores, como un sueño al despertar, mi Señor, desprecia su imagen en la ciudad. Cuando mi corazón fermentó [amargado], y mi mente se aguzó, fui necio y no comprendí, como un animal fui contigo. No obstante, siempre estuve contigo; Tú sostuviste mi diestra. Oriéntame con Tu consejo, y después, recíbeme con honor. )A quién tengo en el cielo [fuera de Ti]? Y cuando estoy contigo, nada deseo sobre la tierra. Mi carne y mi corazón anhelan; Dios es la roca de mi corazón y mi porción por siempre. Pues he aquí que todos los que están lejos de Ti perecen, Tú cercenas a todos los que descarrían de Ti. Pero en cuanto mí, la proximidad de Dios es mi bien; he puesto mi confianza en mi Señor Dios, que pueda narrar todas Tus obras.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 74
El Salmista gime por las sinagogas y casas de estudio incendiadas. Los filisteos, destruyeron Shiló; Nabucodonosor, el Primer Templo. ¡Tanto tiempo en exilio sin señales de redención! Léelo, y hallarás lamento y consuelo.

Un maskíl por [el Levita] Asaf: )Por qué, Dios, nos has abandonado para siempre? )Hecha humo Tu cólera contra las ovejas de Tu pastura? (Recuerda a Tu congregación que adquiriste antaño, la tribu de Tu herencia a la que redimiste [y trajiste a] Monte Tzión, donde hiciste descansar Tu Presencia! Alza Tus pisadas para inflingir ruina eterna, por causa de toda la maldad cometida por el enemigo en el Santuario. Tus enemigos rugieron en medio de Tu lugar de encuentro; consideraron sus augurios como señales [genuinas]. Los ejes en la espesura de árboles fueron considerados como trayendo [una ofrenda] al Supremo. Y ahora, sus adornos en conjunto están destrozados por martillos y hachuelas. Echaron fuego a Tu Santuario; al suelo profanaron la Morada de Tu Nombre. Sus gobernantes se dijeron juntos en sus corazones; quemaron todos los lugares de encuentro de Dios en el país. Nosotros no hemos visto nuestras señales [de Redención]; ya no hay profeta, ni entre nosotros quien sabe hasta cuándo. )Hasta cuándo, Dios, se burlará el opresor, blasfemará el enemigo Tu Nombre siempre? )Por qué retiras Tu mano, incluso Tu diestra? (Sácala de dentro de Tu seno! Pues Dios es mi Rey desde antaño, obrando salvaciones en medio de la tierra. En Tu poderío, Tú dividiste el mar; destrozaste las cabezas de los monstruos marinos sobre las aguas. Aplastaste las cabezas del Leviatán, dejándolo como alimento para la nación [vagando] por el desierto. Tú partiste [la roca, extrayendo] fuente y arroyo; secaste ríos potentes. Tuyo es el día, también la noche es Tuya; Tú dispusiste la luminaria [lunar] y el sol. Fijaste los confines de la tierra; verano e invierno, Tú los creaste. Recuerda esto: cómo el enemigo injurió a Adonái, y la nación vil blasfemó Tu Nombre. No des el alma de Tu paloma [Israel] a la bestia salvaje; nunca olvides la vida de Tus pobres. Mira al pacto, pues los sitios oscuros de la tierra están llenos de guaridas de violencia. No Te vuelvas del sufriente en vergüenza; [entonces] el pobre y el necesitado alabarán Tu Nombre. Alzate, Dios, defiende Tu causa; recuerda Tu bochorno, de los perversos, todo el día. No olvides la voz de Tus adversarios; el tumulto de Tus opositores siempre crece.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 75
¡Grande es Israel! En las Festividades, no se da a la frivolidad sino al canto y la alabanza, estudiando sus leyes. Al proclamar "Haremos y escucharemos", afirmaron el mundo. El Salmo también reprocha a quienes disfrutan de los placeres mundanos, considerando su prosperidad fruto de su esfuerzo.

Para el Director del Coro, una súplica para no ser destruido. Un Salmo por [el Levita] Asaf, una canción: Dimos gracias a Ti, Dios, dimos gracias; y Tu Nombre estuvo cerca [cuando] ellos contaron Tus portentos. Cuando yo escojo el tiempo asignado, juzgaré con equidad. Cuando la tierra y todos sus habitantes se derretían, yo establecí sus pilares para siempre. Dije al perverso: "No perviertas [a Israel]", y al malvado: "No levantes tu orgullo". No levanten su orgullo hacia el cielo, ni hablen con cuello arrogante. Pues ni del este o el oeste, ni desde el desierto, viene la grandeza. Pues Dios es Juez; El humilla a uno, y eleva al otro. Pues hay una copa [de castigo] en la mano de Adonái, con vino fuerte colmado de mezcla; El vierte de esto, y todos los malvados de la tierra beberán, sorbiendo hasta sus sedimentos. Pero en cuanto a mí, lo contaré por siempre; cantaré al Dios de Iaacov. Cercenaré toda gloria de los malvados, mas la gloria del justo se elevará.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

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Derechos Reservados.

Capítulo 76
Este Salmo contiene la profecía de cuando el gran ejército de Sanjerív sufrió modorra imposibilitando a sus soldados alzar sus armas; así, todos cayeron.

Para el Director del Coro, con música instrumental, un salmo por [el Levita] Asaf, una canción: Dios es conocido en Iehudá, Su Nombre es grande en Israel. Su Tabernáculo estuvo en Shalém, y Su lugar de morada en Tzión. Allí quebró las flechas voladoras del arco, el escudo, la espada y la batalla, por siempre. Tú eres iluminación, más poderoso que las montañas de presa. Los de corazón recio perdieron el sentido, durmieron su sueño, y todos los guerreros fueron incapaces de hallar sus manos. De Tu grito, Dios de Iaacov, se durmieron jinete y corcel. Tú, Tú eres temible, )quién puede enfrentarte, una vez que Te enojas? Desde el cielo dejaste oír el veredicto; la tierra temió y estuvo quieta, cuando Dios Se alzó para juicio, para salvar a todos los humildes de la tierra para siempre. El enfado del hombre nos hará agradecerte; Tú contendrás el residuo de la cólera. Haced votos a Adonái su Dios y saldadlos; todos los que Lo rodean traerán tributo al Imponente. El segará el espíritu de los nobles; es imponente a los reyes de la tierra.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.
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