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Tehilim Diario

Capítulos 60-65

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Capítulo 60
Cuando el general Ioav llegó a Aram Naharáim, le dijeron: "¿No eres de los hijos de Iaacov? ¿Qué se hizo del pacto con Laván?" Sin saber responder, Ioav consultó al Sanhedrín. El Salmo incluye la plegaria de David por el éxito en la batalla.

Para el Director del Coro, sobre el [instrumento llamado] shushán eidut. Un mijtám por David, para enseñar, cuando libró batalla con [la gente de] Arám Naharáim y Arám Tzová, y Ioav regresó y golpeó a Edóm en el Valle de Sal, doce mil [hombres]: ¡Dios, nos abandonaste, nos has quebrantado! ¡Te enfureciste! ¡Regresa a nosotros! Hiciste temblar la tierra, la quebraste, ¡sana sus fragmentos, pues tambalea! Mostraste severidad a Tu nación, nos diste a beber vino que embota. [Ahora,] da a quienes Te temen un estandarte para alzarse, en aras de la verdad, por siempre. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios dijo con Su Sagrado [Espíritu] que me alegraré; [que] dividiré [por sorteo] a Shejém, y mediré [en parcelas] el Valle de Sucot. Mío es Guilád, mío es Menashé, y Efráim será la protección de mi cabeza; Iehudá es mi príncipe. Moáv es [quien me trae] mi tazón de lavado, y sobre Edóm lanzaré mi calzado; por mí, filistea hará resonar [coronación]. ¿Quién me traerá dentro de la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá a Edóm? ¿No es acaso Tú, Dios, Quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió [adelante] con nuestras legiones? Bríndanos alivio del opresor; inútil es la salvación del hombre. Con [la fuerza de] Dios haremos valientemente, y El someterá a nuestros opresores.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 61
Una plegaria de David al huir de Shaúl. Toda su intención y súplica de longevidad no era para disfrutar de los placeres terrenales sino para servir a Dios con temor toda su vida.

Para el Director del Coro, sobre el neguinat, por David: Oye, Dios, mi clamor, atiende a mi plegaria. Del extremo de la tierra llamo a Ti, cuando mi corazón flaquea [de aflicción]: ¡Guíame sobre la roca que me supera! Pues Tú [ya] has sido un refugio para mí, una torre de fortaleza ante el enemigo. Moraré en Tu tienda, [el Santuario,] para siempre; me cobijaré en el refugio de Tus alas eternamente. Pues Tú, Dios, oíste mis votos; otorgaste la herencia de quienes temen Tu Nombre. Agrega días a los días del rey; que sus años igualen los de cada generación. Que él siempre se siente ante Dios; asigna bondad y verdad para preservarlo. Así, entonaré la alabanza de Tu Nombre por siempre, mientras cumplo mis votos cada día.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 62
David ora por la caída de sus enemigos, y exhorta a su generación a no depositar su confianza en la riqueza, cuya acumulación es inútil.

Para el Director del Coro, sobre el iedutún, un Salmo por David: Sólo a Dios [aguarda] silenciosa mi alma, [pues sólo] de El es mi salvación. Sólo El es mi roca y salvación, mi fortaleza; no vacilaré mucho. ¿Hasta cuándo tramarán contra el hombre [recto]? Perezcan todos ustedes, como una pared ladeada, una cerca volcada. Sólo por su arrogancia maquinan volcarme, favorecen la falsedad; con sus bocas bendicen, y en sus corazones maldicen, sela. Solamente a Dios [aguarda] en silencio mi alma, pues mi esperanza es [satisfecha] de El. Sólo El es mi roca y salvación, mi fortaleza; no vacilaré. Sobre Dios [apoyo] mi salvación y honor; la roca de mi fortaleza, mi refugio está en Dios. Confíen en El en todo momento; nación [mía], viertan [cada uno] sus corazones ante El; Dios es un refugio para nosotros por siempre. Los hombres no son sino vanidad; hipócrita [la promesa de] la gente. [Puestos ambos] en la balanza, son más livianos que la vanidad. No depositen su confianza en la explotación, ni la esperanza inútil en la defraudación. Si la riqueza [corrupta] crece, no le presten atención. Dios habló una cosa, dos escuché yo: que la fortaleza pertenece a Dios y que Tuya, Adonái, es la benevolencia. Pues retribuyes a cada hombre según sus actos.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

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Derechos Reservados.

Capítulo 63
Ocultándose de Shaúl, y anhelando ir al sitio del Arca Santa como quien está sediento de agua, David compuso esta plegaria por sí y contra sus enemigos.

Un Salmo de David, cuando estuvo en el desierto de Iehudá: ¡Dios, Tú eres mi Omnipotente, a Ti Te busco! Mi alma está sedienta de Ti, mi carne Te anhela. [Como alguien] en una tierra seca y desolada, sin agua, así [anhelo] verte en el Santuario, ver Tu poderío y gloria. Pues Tu bondad es mejor que [se reciba durante] la vida; [así,] mis labios te alabarán. Así Te bendeciré toda mi vida, en Tu Nombre alzaré mis palmas [en plegaria]. Como con gordura y abundancia, mi alma se sacia cuando mi boca alaba con expresiones de regocijo. De hecho, Te recuerdo sobre mi lecho; durante las guardias de la noche pienso en Ti pues has sido una ayuda para mí; canto a la sombra [protectora] de Tus alas. Mi alma se unió [para marchar] detrás de Ti; Tu diestra me sostuvo. Pero ellos, [mis enemigos,] pretenden desolación para mi alma; [por eso] descenderán a las profundidades de la tierra. Los arrastrarán por la espada; serán ración de zorros. Y el rey, [yo, David,] se alegrará en [la salvación de] Dios, y todos los que [creen y por eso] juran por El se enorgullecerán, pues se cerrarán las bocas de los mentirosos.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

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Derechos Reservados.

Capítulo 64
Los Sabios interpretan este Salmo como alusión a Daniel, quien fue arrojado a los leones. David lo vio por profecía, y rezó por él, pues era su descendiente, como dijo [Dios a Jizkiahu]: "De tus hijos que tendrás, tomarán; serán ministros en el palacio del rey de Babilonia".

Para el Director del Coro, un Salmo de David: Dios, Oye mi voz como cuento [mis aflicciones]; conserva mi vida del miedo al enemigo. Protégeme de los planes de los malvados, de la conspiración de malhechores, quien afilaron su lengua cual espada, apuntaron su flecha —una palabra que hiere— para disparar a los inocente desde sitios ocultos; de repente le tiran, no temen. Incitan a sí mismos en una cosa perversa, hablan de tender trampas; dicen: "¿Quién las verá?" Buscaron pretextos; [y cuando] completaron una búsqueda diligente, cada hombre [guardó el complot] adentro, profundo en el corazón. Pero Dios les disparó; [como] una flecha súbita fueron los golpes de ellos. Sus propias lenguas los hicieron caer, todos los que los ven sacuden sus cabezas [con burla]. Entonces todos los hombres temieron, y narraron la obra de Dios; percibieron Su acto. Que el justo se alegre en Adonái y se cobije en El; y que todos los de corazón recto se enorgullezcan.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

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Capítulo 65
Este Salmo contine alabanzas gloriosas inspiradoras de temor reverente a Dios, y súplicas y plegarias por nuestros pecados. En síntesis: es imposible enumerar Su poderío, por lo que el silencio es Su alabanza.

Para el Director del Coro, un Salmo de David, una canción: El silencio es alabanza para Ti, Dios [que mora] en Tzión; y a Ti se pagarán los votos. Tú, que oyes la plegaria, a Ti toda carne viene. Las cuestiones de pecado me abruman; Tú expiarás nuestras transgresiones. Dichoso [el hombre] que Tú eliges y acercas para morar en Tus atrios; seamos saciados del bien de Tu Casa, la santidad de Tu Santuario. Respóndenos con actos imponentes como corresponde a Tu rectitud, Dios de nuestra salvación, amparo de todos [los que habitan] los fines de la tierra y mares distantes. Con Su fortaleza prepara El [lluvia para] las montañas; se ciñe poder. El aquieta el bramido de los mares, el bramido de sus olas y el tumulto de naciones. Quienes habitan los fines [de la tierra] temen [a Ti] por causa de Tus señales; el salir de la mañana y la tarde hacen cantar [alabanza al hombre]. Tú recuerdas la tierra y la riegas, la enriqueces abundantemente del arroyo de Dios lleno de agua. Tú preparas su grano, pues así lo preparas. Tú sacias sus surcos, gratificando sus legiones; con lluvias la suavizas y bendices su crecimiento. Tú coronas al año de Tu bondad [con lluvia], y Tus nubes gotean abundancia. Gotean sobre pasturas de desierto, y las colinas se ciñen de júbilo. Las praderas se visten de ovejas, y los valles se cubren con grano; resuenan, de hecho cantan.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

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© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

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