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Tehilim Diario

Capítulos 108-112

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Capítulo 108
Estímulo para estudiar Torá y evitar el pecado. Quien siga este camino tiene asegurado el éxito. Con los inicuos, será a la inversa.

Una canción, un salmo de David: Mi corazón está firme, Dios; cantaré y entonaré alabanzas incluso con mi alma. Despierta, lira y arpa; yo despertaré al amanecer. Te agradeceré entre las naciones, Adonái; entonaré alabanzas a Ti entre los pueblos. De hecho, Tu bondad alcances de allende los cielos; Tu verdad llega a los cielos. Enaltécete sobre los cielos, Dios, [muestra] Tu gloria sobre toda la tierra. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios habló en Su santidad que yo me regocijaría, que dividiría porciones [de las tierras enemigas], mediría el Valle de Sucot. Mío es Guilad, mío es Menashé, y Efráim es la fortaleza de mi cabeza, Iehudá es mi príncipe. Moav es mi jofaina, yo lanzaré mi calzado sobre Edóm, sobre Filistea resonaré. )Quién me encaminó a la ciudad fortaleza? )Quién me condujo hasta Edóm? )No es Dios, quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió, (oh Dios!, con nuestros ejércitos? Danos ayuda contra el adversario; inútil es la asistencia del hombre. Por medio de Dios haremos valientemente, y El pisoteará a nuestros opresores.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 109
David compuso este Salmo al huir de Shaúl. Entonces, enfrentó muchos enemigos que, aunque se mostraban amistosos, sólo hablaban mal de él; por eso los maldice con amargura.

Para el Director del Coro, por David, un Salmo: (Dios de mi alabanza, no guardes silencio! Pues la boca del malvado y la boca del embustero se ha abierto contra mí; me hablaron con lengua falsa. Me rodearon con palabras de odio, y me atacaron sin causa. A cambio de mi amor me odian; no obstante, soy [hombre de] plegaria. Pusieron daño sobre mí a cambio de mi favor, y odio a cambio de mi amor. Designa un hombre malvado sobre él; que un adversario se pare a su derecha. Cuando sea juzgado, que salga condenado; sea considerada su plegaria un pecado. Que sus días sean pocos; que otro tome su posición. Que sus hijos sean huérfanos, y su esposa, viuda. Que sus hijos deambulen y rueguen; que procuren caridad de entre sus ruinas. Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene, y que forasteros de hagan [del fruto] de su labor. Que no tenga a nadie que le extienda bondad, y nadie sea piadoso con sus huérfanos. Cercénese su posteridad; que el nombre de ellos sea borrado en una generación posterior. Que la iniquidad de sus padres sea recordada por Adonái, y que el pecado de su madre no sea borrado. Que estén ante Adonái siempre, y que El corte su memoria de la tierra. Porque no recordó hacer bondad, y persiguió al hombre pobre y necesitado, de corazón quebrado, para matar[lo]. Amó la maldición y le vino a él; no deseó bendición, y quedó lejos de él. Vistió la maldición como su prenda, y vino como agua en sus entrañas, como aceite en sus huesos. Que sea para él como una capa en la que él se envuelve, como un cinturón con el que se ciñe siempre. Esto es de Adonái por los actos de mis enemigos, y [para] aquellos que hablan maldad contra mi alma. Y Tú, Dios, mi Señor, haz [bondad] conmigo en aras de Tu Nombre; pues Tu bondad es buena, (sálvame! Pues soy pobre y desvalido, y mi corazón ha muerto dentro de mí. Como la sombra efímera soy desterrado, sacudido como la langosta. Mis rodillas tambalean del ayuno, y mi carne es delgada sin grasa. Me he vuelto una vergüenza para ellos; me ven y sacuden sus cabezas. (Ayúdame, Adonái mi Dios! (Sálvame conforme Tu bondad! Hazles saber que ésta es Tu mano, que Tú, Adonái, lo has hecho. Que ellos maldigan, pero Tú bendecirás; se alzan, pero serán avergonzados, y Tu servidor se regocijará. Que mis adversarios vistan humillación; que se envuelven en su vergüenza como con una capa. Yo agradeceré a Adonái profusamente con mi boca, y entre la multitud Lo loaré, cuando El se alza a la derecha del menesteroso para salvarlo de quienes condenan su alma.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 110
En este Salmo se cuenta cómo preguntaron a Eliezer, siervo de Avraham, y éste contó cómo su amo eliminó a poderosos reyes y sus ejércitos. Léelo, y verás que alude a Avraham, quien logró prominencia por reconocer a Dios en su mocedad.

Por David, un Salmo: Adonái dijo a mi amo: "Siéntate a Mi derecha, hasta que Yo ponga a tus enemigos por taburete para tus pies". El cayado de tu fortaleza enviará Adonái desde Tzión, para regir entre tus enemigos. Tu pueblo [vendrá] gustoso el día de tu campaña; a causa de tu espléndida santidad desde que surgiste de la matriz, todavía posees el rocío de tu mocedad. Adonái juró y no Se lamentará: "(Tú serás un sacerdote para siempre, así como Malki-Tzedek!" Mi Señor está a tu derecha; El ha aplastado reyes en el día de Su furia. El hará juicio entre las naciones, y éstas se llenarán de cadáveres; El aplastará cabezas sobre extensos territorios. Beberá del arroyo en el camino, y por lo tanto sostendrá su cabeza a lo alto.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 111
Este Salmo está en secuencia alfabética, letras en cada versículo, salvo los últimos que tienen. Breve pero distinguido, habla de las obras de Dios y su grandeza.

Alabad a Dios. Agradeceré a Adonái con todo mi corazón en el círculo íntimo de los rectos y en su congregación. Grandiosas son las obras de Adonái; accesibles a todos los que las desean [contemplar]. La majestad y el esplendor son Su obra; y Su rectitud perdura por siempre. El ha establecido un memorial para Sus maravillas; graciable y compasivo es Adonái. Dio alimento a quienes Le temen, siempre tiene presente Su pacto. Ha dado a conocer el poder de Sus obras a Su pueblo, para darles la herencia de las naciones. Las obras de Sus manos son ciertas y justas; todos Sus mandatos son fidedignos. Hallan apoyo por siempre, hasta el fin del tiempo, establecidos en la verdad y la rectitud. A Su pueblo envió redención. Su pacto ha ordenado para siempre; santo y temible es Su Nombre. El principio de la sabiduría es el temor a Adonái. Es sano juicio para quienquiera lo hace; Su alabanza perdura por siempre.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 112
También éste sigue un orden alfabético, letras en cada versículo, salvo los últimos que tienen . Habla de los buenos rasgos de carácter que deben elegirse, y cómo dar caridad, cuya recompensa es no tener que depender jamás de otros.

Alabad a Dios. Dichoso el hombre que teme a Adonái, que inmensamente anhela Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa sobre la tierra; será bendecido con una generación recta. La fortuna y la riqueza acudirán a su hogar, y su rectitud perdura por siempre. La luz brilla para los rectos, incluso en la oscuridad, [pues El es un Dios] graciable, misericordioso y justo. El hombre bueno da prestado con gracia, y mide sus propios asuntos con rigor. Jamás vacilará; de eterno recuerdo gozará el justo. No temerá noticias malas; su corazón es firme, confiando en Adonái. Su corazón se fía [de Dios]; no sentirá temor; finalmente, verá [la caída de] sus opresores. Ha distribuido [su riqueza], dando al necesitado. Su rectitud perdura por siempre; su cuerno se mantendrá alzado en honor. El malvado lo verá y sentirá enojo; rechinará sus dientes y se derretirá. El apetito de los malvados sucumbirá.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.
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