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Tehilim Diario

Capítulos 60-65

El Tehilím constituye un diálogo franco entre el hombre mortal y su Padre Celestial.

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Costumbre especial para el mes de Elul y las Altas Fiestas
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Vea a continuación los capítulos adicionales de hoy.
Capítulo 60
Cuando el general Ioav llegó a Aram Naharáim, le dijeron: "¿No eres de los hijos de Iaacov? ¿Qué se hizo del pacto con Laván?" Sin saber responder, Ioav consultó al Sanhedrín. El Salmo incluye la plegaria de David por el éxito en la batalla.

Para el Director del Coro, sobre el [instrumento llamado] shushán eidut. Un mijtám por David, para enseñar, cuando libró batalla con [la gente de] Arám Naharáim y Arám Tzová, y Ioav regresó y golpeó a Edóm en el Valle de Sal, doce mil [hombres]: ¡Dios, nos abandonaste, nos has quebrantado! ¡Te enfureciste! ¡Regresa a nosotros! Hiciste temblar la tierra, la quebraste, ¡sana sus fragmentos, pues tambalea! Mostraste severidad a Tu nación, nos diste a beber vino que embota. [Ahora,] da a quienes Te temen un estandarte para alzarse, en aras de la verdad, por siempre. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios dijo con Su Sagrado [Espíritu] que me alegraré; [que] dividiré [por sorteo] a Shejém, y mediré [en parcelas] el Valle de Sucot. Mío es Guilád, mío es Menashé, y Efráim será la protección de mi cabeza; Iehudá es mi príncipe. Moáv es [quien me trae] mi tazón de lavado, y sobre Edóm lanzaré mi calzado; por mí, filistea hará resonar [coronación]. ¿Quién me traerá dentro de la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá a Edóm? ¿No es acaso Tú, Dios, Quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió [adelante] con nuestras legiones? Bríndanos alivio del opresor; inútil es la salvación del hombre. Con [la fuerza de] Dios haremos valientemente, y El someterá a nuestros opresores.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 61
Una plegaria de David al huir de Shaúl. Toda su intención y súplica de longevidad no era para disfrutar de los placeres terrenales sino para servir a Dios con temor toda su vida.

Para el Director del Coro, sobre el neguinat, por David: Oye, Dios, mi clamor, atiende a mi plegaria. Del extremo de la tierra llamo a Ti, cuando mi corazón flaquea [de aflicción]: ¡Guíame sobre la roca que me supera! Pues Tú [ya] has sido un refugio para mí, una torre de fortaleza ante el enemigo. Moraré en Tu tienda, [el Santuario,] para siempre; me cobijaré en el refugio de Tus alas eternamente. Pues Tú, Dios, oíste mis votos; otorgaste la herencia de quienes temen Tu Nombre. Agrega días a los días del rey; que sus años igualen los de cada generación. Que él siempre se siente ante Dios; asigna bondad y verdad para preservarlo. Así, entonaré la alabanza de Tu Nombre por siempre, mientras cumplo mis votos cada día.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 62
David ora por la caída de sus enemigos, y exhorta a su generación a no depositar su confianza en la riqueza, cuya acumulación es inútil.

Para el Director del Coro, sobre el iedutún, un Salmo por David: Sólo a Dios [aguarda] silenciosa mi alma, [pues sólo] de El es mi salvación. Sólo El es mi roca y salvación, mi fortaleza; no vacilaré mucho. ¿Hasta cuándo tramarán contra el hombre [recto]? Perezcan todos ustedes, como una pared ladeada, una cerca volcada. Sólo por su arrogancia maquinan volcarme, favorecen la falsedad; con sus bocas bendicen, y en sus corazones maldicen, sela. Solamente a Dios [aguarda] en silencio mi alma, pues mi esperanza es [satisfecha] de El. Sólo El es mi roca y salvación, mi fortaleza; no vacilaré. Sobre Dios [apoyo] mi salvación y honor; la roca de mi fortaleza, mi refugio está en Dios. Confíen en El en todo momento; nación [mía], viertan [cada uno] sus corazones ante El; Dios es un refugio para nosotros por siempre. Los hombres no son sino vanidad; hipócrita [la promesa de] la gente. [Puestos ambos] en la balanza, son más livianos que la vanidad. No depositen su confianza en la explotación, ni la esperanza inútil en la defraudación. Si la riqueza [corrupta] crece, no le presten atención. Dios habló una cosa, dos escuché yo: que la fortaleza pertenece a Dios y que Tuya, Adonái, es la benevolencia. Pues retribuyes a cada hombre según sus actos.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 63
Ocultándose de Shaúl, y anhelando ir al sitio del Arca Santa como quien está sediento de agua, David compuso esta plegaria por sí y contra sus enemigos.

Un Salmo de David, cuando estuvo en el desierto de Iehudá: ¡Dios, Tú eres mi Omnipotente, a Ti Te busco! Mi alma está sedienta de Ti, mi carne Te anhela. [Como alguien] en una tierra seca y desolada, sin agua, así [anhelo] verte en el Santuario, ver Tu poderío y gloria. Pues Tu bondad es mejor que [se reciba durante] la vida; [así,] mis labios te alabarán. Así Te bendeciré toda mi vida, en Tu Nombre alzaré mis palmas [en plegaria]. Como con gordura y abundancia, mi alma se sacia cuando mi boca alaba con expresiones de regocijo. De hecho, Te recuerdo sobre mi lecho; durante las guardias de la noche pienso en Ti pues has sido una ayuda para mí; canto a la sombra [protectora] de Tus alas. Mi alma se unió [para marchar] detrás de Ti; Tu diestra me sostuvo. Pero ellos, [mis enemigos,] pretenden desolación para mi alma; [por eso] descenderán a las profundidades de la tierra. Los arrastrarán por la espada; serán ración de zorros. Y el rey, [yo, David,] se alegrará en [la salvación de] Dios, y todos los que [creen y por eso] juran por El se enorgullecerán, pues se cerrarán las bocas de los mentirosos.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 64
Los Sabios interpretan este Salmo como alusión a Daniel, quien fue arrojado a los leones. David lo vio por profecía, y rezó por él, pues era su descendiente, como dijo [Dios a Jizkiahu]: "De tus hijos que tendrás, tomarán; serán ministros en el palacio del rey de Babilonia".

Para el Director del Coro, un Salmo de David: Dios, Oye mi voz como cuento [mis aflicciones]; conserva mi vida del miedo al enemigo. Protégeme de los planes de los malvados, de la conspiración de malhechores, quien afilaron su lengua cual espada, apuntaron su flecha —una palabra que hiere— para disparar a los inocente desde sitios ocultos; de repente le tiran, no temen. Incitan a sí mismos en una cosa perversa, hablan de tender trampas; dicen: "¿Quién las verá?" Buscaron pretextos; [y cuando] completaron una búsqueda diligente, cada hombre [guardó el complot] adentro, profundo en el corazón. Pero Dios les disparó; [como] una flecha súbita fueron los golpes de ellos. Sus propias lenguas los hicieron caer, todos los que los ven sacuden sus cabezas [con burla]. Entonces todos los hombres temieron, y narraron la obra de Dios; percibieron Su acto. Que el justo se alegre en Adonái y se cobije en El; y que todos los de corazón recto se enorgullezcan.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Capítulo 65
Este Salmo contine alabanzas gloriosas inspiradoras de temor reverente a Dios, y súplicas y plegarias por nuestros pecados. En síntesis: es imposible enumerar Su poderío, por lo que el silencio es Su alabanza.

Para el Director del Coro, un Salmo de David, una canción: El silencio es alabanza para Ti, Dios [que mora] en Tzión; y a Ti se pagarán los votos. Tú, que oyes la plegaria, a Ti toda carne viene. Las cuestiones de pecado me abruman; Tú expiarás nuestras transgresiones. Dichoso [el hombre] que Tú eliges y acercas para morar en Tus atrios; seamos saciados del bien de Tu Casa, la santidad de Tu Santuario. Respóndenos con actos imponentes como corresponde a Tu rectitud, Dios de nuestra salvación, amparo de todos [los que habitan] los fines de la tierra y mares distantes. Con Su fortaleza prepara El [lluvia para] las montañas; se ciñe poder. El aquieta el bramido de los mares, el bramido de sus olas y el tumulto de naciones. Quienes habitan los fines [de la tierra] temen [a Ti] por causa de Tus señales; el salir de la mañana y la tarde hacen cantar [alabanza al hombre]. Tú recuerdas la tierra y la riegas, la enriqueces abundantemente del arroyo de Dios lleno de agua. Tú preparas su grano, pues así lo preparas. Tú sacias sus surcos, gratificando sus legiones; con lluvias la suavizas y bendices su crecimiento. Tú coronas al año de Tu bondad [con lluvia], y Tus nubes gotean abundancia. Gotean sobre pasturas de desierto, y las colinas se ciñen de júbilo. Las praderas se visten de ovejas, y los valles se cubren con grano; resuenan, de hecho cantan.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

Derechos Reservados.

Tres capítulos adicionales
El Baal Shem Tov instituyó la costumbre de recitar tres capítulos adicionales de Salmos cada día, desde el primero de Elul hasta Iom Kipur (en Iom Kipur se recitan los 36 capítulos restantes, completando así todo el libro de Salmos).
Los salmos de hoy son 31, 32 y 33.
Capítulo 31
Compuesto por David en su pobreza y aflicción, huyendo de Shaúl y depositando su fe en Dios, este Salmo enseñan a confiar únicamente en El.

Para el Director del Coro, un Salmo por David: En Ti, Adonái, me refugié; no me dejes ser avergonzado, jamás. En Tú rectitud, bríndame redención. Inclina hacia mí Tu oído; rápidamente libérame, sé para mí una roca poderosa, una fortaleza para salvarme. Pues Tú eres mi Roca y mi fortaleza; en consideración a Tu nombre, guíame y condúceme. Sácame de esa red que ellos ocultaron para mí, pues Tú eres mi baluarte. En Tu mano encomiendo mi espíritu; Tú me redimirás, Adonái, Dios de verdad. Desprecio a quienes aguardan vanidades sin valor. En cuanto a mí, en Adonái confío. Me alegraré y regocijaré en Tu benevolencia, pues has observado mi angustia. Tú conoces los tormentos de mi alma. Y no me entregaste en mano del enemigo; afirmaste mis pies en la amplitud. Muéstrame gracia, Adonái, pues estoy afligido, turbados están mis ojos en cólera, mi alma y mi vientre. Pues mi vida languidece en aflicción, y mis años en suspiro. A causa de mi iniquidad falló mi fuerza, mis huesos se consumen. Me torné en insulto para todos mis atormentadores y demás estuve para mis vecinos; miedo para los que me conocen; quienes ven mi apariencia huyen de mí. Fui olvidado como el muerto [lo es] del corazón, fui como un recipiente perdido. Pues oí la complicidad de la multitud, el terror en derredor. Cuando conciliaron contra mí, tramando quitarme la vida. Pero yo, en Ti confié, Adonái. Dije: "Tú eres mi Dios". En tus manos están mis tiempos, líbrame de manos de mis adversarios y perseguidores. Haz brillar Tu semblante sobre Tu siervo; sálvame en Tu benevolencia. Adonái, no permitas que yo sea avergonzado por haber clamado a Ti. Que los perversos se avergüencen, silenciados en el sheól. Que ellos sean silenciados — aquellos labios mentirosos, aquellos que hablan falsedades de los justos, con arrogancia y desdén. Cuán abundante es Tu bondad, la que reservaste para quienes Te temen, la que realizaste para quienes se cobijan en Ti en presencia de los hombres. Protégenos, cuando Tu presencia está oculta, de las pandillas de hombres perversos. Bendito sea Adonái, porque El ha sido maravillosamente benévolo conmigo en una ciudad sitiada. Yo, en mi pánico, dije: "¡Fui excluido de Tu visión!" En verdad, sin embargo, Tú escuchaste la voz de mis ruegos cuando clamé a Ti. Amad a Adonái, todos Sus devotos. Los fidedignos, Adonái los protege. Pero retribuye con precisión al que actúa con arrogancia. Sean fuertes, envalentonen sus corazones, los que aguardan a Adonái.

Capítulo 32
En este Salmo se habla del perdón por el pecado. Dichoso el hombre que se arrepiente y se confiesa ante Dios de todo corazón.

Por David, un Maskíl: Dichoso aquel cuya transgresión es perdonada, cuyo pecado cubierto. Dichoso el hombre a quien Adonái no le considera iniquidad y cuyo espíritu no tiene falacia. Cuando mantuve silencio, mis huesos se desvanecían por mi gemido angustioso todo el día. Pues día y noche Tu mano pesaba sobre mí, mi verdor se transformó por la sequedad del verano, sela. Mi pecado Te di a conocer, no cubrí mi transgresión. Dije: "Confesaré mis iniquidades a Adonái", mas Tú perdonaste mi pecado perverso. Por eso, que todo devoto rece a Ti, en un momento más accesible, que las poderosas aguas del diluvio no lo alcancen. Tú eres un refugio para mí; protégeme de la aflicción; rodéame por siempre de cánticos de salvación. Yo te haré sabio y te iluminaré en la senda ésta por la que marcharás; te aconsejaré con mi ojo. No seáis incomprensivos como un caballo o una mula, frenados con cabestro y brida cuando se los engalana para mantenerlos apartados de ti. Protégenos de las malas acciones y de los malos momentos que podrían sobrevenir en el mundo. Mas Aquel que confía en Adonái, estará rodeado de bondad. Alégrense en Adonái y regocíjense, justos. Hagan cantar a todos los de corazón recto.

Capítulo 33
Este Salmo enseña a justos a alabar a Dios. Pues cuanto más Torá se sabe, tanto más se Lo alabará, conociendo Su grandeza.

Cantad jubilosamente a Adonái, vosotros los justos; corresponde a los rectos ofrecer alabanza. Ensalzad a Adonái con arpa; cantadle con lira de diez cuerdas. Cantadle una nueva canción; tañed diestramente sonidos de júbilo. Pues la palabra de Adonái es justa; todas Sus obras son hechas con fidelidad. El ama la rectitud y la justicia; la bondad de Adonái llena la tierra. Por la palabra de Adonái fueron hechos los cielos, y por el aliento de Su boca todas sus huestes. El reúne las aguas del mar cual montículo; El aloja los abismos en bóvedas. Toda la tierra tema a Adonái; todos los habitantes del mundo tiemblen ante El. Porque El habló, y fue; El ordenó, y perduró. Adonái ha anulado el consejo de naciones; El ha desbaratado los ardides de pueblos. El consejo de Adonái perdura eternamente; los pensamientos de Su corazón durante todas las generaciones. Afortunada es la nación cuyo Dios es Adonái, el pueblo que El eligió como patrimonio para Sí. Adonái mira desde el cielo; El contempla a toda la humanidad. Desde Su morada El observa atentamente a todos los habitantes de la tierra. Es El quien forma los corazones de todos ellos, quien percibe todas sus acciones. Un rey no es salvado merced a un gran ejército; un guerrero no es rescatado merced a la gran fuerza. Un corcel es una falsa garantía de victoria; con todo su gran vigor no concede la fuga. Mas el ojo de Adonái está dirigido hacia aquellos que Le temen, hacia aquellos que esperan Su bondad; para salvar su alma de la muerte y para sostenerlos durante épocas de hambre. Nuestra alma anhela a Adonái; El es nuestra ayuda y nuestro escudo. Pues en El se alegrará nuestro corazón, por cuanto hemos confiado en Su santo Nombre. Esté Tu bondad, Adonái, sobre nosotros, así como hemos depositado nuestra esperanza en Ti.

Extraído del libro Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana

© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.

Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.

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